Deudora inevitable de aquella obra maestra de Ridley Scott “Alien, el octavo pasajero” (1979), y en mucha menor proporción de “Gravedad” (2013) de Alfonso Cuaron, la película se termina presentando sólo como un intento malogrado de actualización gigantesco del primer texto citado, (llamémoslo hurto).
Pero el problema no reside solamente en esa posibilidad, el guión hace agua por cada una de sus costuras lo cual es una gran contradicción, ya que el 99% de las escenas transcurren en el espacio, muy cercano al planeta Marte, donde el H2O no existe ni en figuritas.
Si en alguna medida este catalogo de lugares comunes y previsibilidad absoluta se sostiene es en principio por las muy buenas actuaciones, en segundo término, por la pericia de su realizador en la técnica de filmación, léase, manejo de la cámara, ralentis, los fx que posicionan a los personajes flotando tanto dentro del espacio cerrado de la estación espacial, como en el exterior cercano a la misma, la fotografía y el uso de la banda sonora en mínimo enunciado.
Una estación espacial internacional, pero no tanto, (no es una nave), “sede” científica de la O.N.U, compuesta por seis pasajeros, de distintas etnias y nacionalidades, en realidad son siete pasajeros, ya que hay otro ejemplar de vida terrestre corporizado en un roedor blanco.
Todos en una misión específica, una de las más importantes de la humanidad, la de descubrir si realmente hay vida en el planeta rojo ¿?. (esto está dicho tal cual en el filme).
La extracción de lo que parece ser un organismo unicelular reanimado por Hugh Derry (Ariyon Bakare), en una primera instancia haciendo ascender la temperatura, se encontraba en –180 grados, del habitáculo en que se descubre encerrado.
Todo esto en el primer tercio del filme, en el que también se da tiempo a nominar al “Octavo pasajero” como Calvin, hecho que se realiza en la Tierra, pues el descubrimiento se hizo noticia.
Por circunstancias poco establecidas, el pequeñísimo organismo queda inerte, y para volver a reanimarlo lo somete a descargas eléctricas sostenidas (picanea) aumentando la intensidad hasta que despierta un poco enojado.Ataca con ferocidad extrema a su agresor, manifestando un gran sentido de supervivencia, cualidades insospechadas e inteligencia superior a la esperada. En su socorro se adentra, rompiendo el protocolo establecido, Roy Adams (Ryan Reynolds)
Lo que era un paseo científico se transforma en una lucha de supervivencia de todos los pasajeros, el primero en sufrir las consecuencias de manera mortal es el roedor.
Luego de rescatar a su amigo negro, el anglosajón Roy, vuelve a entrar al lugar donde quedo encerrado el extraterrestre y trata de eliminarlo con un lanzallamas, si hubiesen descendido la temperatura, lo cual sería lo lógico habiendo seis seres humanos con inteligencia superior al término medio, se acababa la película transformándola en un medio metraje. Todo termina por ver y apostar al respecto de cómo será la lista de difuntos y quienes sobrevivirán. Suspenso cero.
Miranda North (Rebecca Ferguson), blanca ella, la capitana de la estación, junto a David Jordan (Jake Gyllenhall) otro representante caucasico, médico de profesión, el personaje con mayor estadía temporal de la estación, se harán cargo de tratar de eliminar al invitado, para ello necesitaran de Sho Kendo (Hiroyuki Sanada), el representante de raza mongoloide (amarillo él), a cargo de la parte tecnológica de la estación, y de Kat (Olga Dihovichnaya), eslava por donde se la mire. El representante latino está en el cuerpo del director Daniel Espinoza, de doble nacionalidad sueco–chilena, o en quien pensaba.
Previsible en todo sentido y en cada uno de los giros y quiebres que desea presentar, siendo el final de una manipulación tan tonta como presumible.
Lo dicho, sostenida por las actuaciones, principalmente por Rebecca Ferguson y Jake Gyllenhall, no sólo por tiempo en pantalla sino por tener ambos un poco mejor construidos sus personajes, la primera con matices emocionales, el segundo por dudas morales.
El malo de la película, su motivación hasta es justificable, los humanos agredieron primero, por lo que podría pensarse como venganza, ¿Casi que se lo merecen?
Esto es una de las variables que la aleja de la producción de origen, otra variable es la que estableció el filme el director ingles en la que la vida de los humanos eran los menos importantes, la intención primaria de los poderosos era traer a la tierra al Alien, como arma de guerra, la maquina asesina viva perfecta.
“Life” entretiene de a ratos, a partir de cierto ritmo narrativo, algo del género del terror, la plasticidad de las imágenes, sumado a lo antes mencionado de las actuaciones. Poco realmente.