El padre de la Justice League en el cine, Zack Snyder escribe y dirige la primera unión de los héroes más importantes de DC Comics con naturalidad y conocimiento de sus cartas. Los protagonistas tienen muy buena química entre ellos y eso es lo más importante para disfrutar.
Finalmente DC Films y Warner Bros. Pictures presentan Justice League, el sueño de muchos, hecho realidad. Batman, Superman, Wonder Woman, Flash, Aquaman y Cyborg juntos por primera vez en live action. Han pasado muchas adaptaciones de los dos iconos más importantes de DC Comics, pero nunca una de la Liga de la Justicia. Esta película se trata del último trabajo de Zack Snyder, luego de idear un proyecto cinematográfico que comenzó con Man of Steel (2013) y Batman v Superman: Dawn of Justice (2016). Parte del guión está escrito por el propio Snyder que contó con la colaboración de Chris Terrio (Argo). Distendidos, confiados y con el aprendizaje de lo que fue su último trabajo en conjunto, la película presenta una historia más amistosa, divertida y épica de los hijos de Zack.
Un reparto completamente seleccionado por la visión del director de Watchmen y 300, con papeles como los de Ben Affleck y Gal Gadot con aprobación unánime del público en sus películas anteriores, y actuaciones como las de Henry Cavill que sirven para confirmar que el hombre de Jersey es la versión contemporánea de Superman que todos merecen. Brillantes sorpresas en Ezra Miller, Jason Momoa y Ray Fisher como los nuevos que interactúan en pantalla. Después de presentarse en escasos segundos de Dawn of Justice, llega el momento para nuevos héroes que debutan en la historia del cine.
El velocista escarlata de este universo es Barry Allen, un joven que todavía debe aprender mucho sobre sus poderes y que intenta buscar su lugar en el mundo. Su papel en la película es fundamental para distender, hacer reír y asombrar con sus increíbles habilidades. Zack demuestra una visión diferente para el uso de la speedforce con rayos azules y electricidad que rodea el cuerpo del héroe. Su paso en la película es triunfal y también se merece su propia película.
Un diferente, con mucho estilo y actitud rockstar es Arthur Curry, más conocido como Aquaman. Importante para brindarle un sello único al equipo, el Rey de los Océanos recoge mucho de su etapa comiquera en New 52 a cargo de Geoff Johns, con un Arthur que debe convivir con la ignorancia de todos a su alrededor, pero que pese a su actitud jodida, siempre se comporta como un verdadero héroe. Importante en el equipo, se lleva una de las mejores escenas de la película y presenta un plato de bienvenida para lo que será su aventura en solitario en 2018.
Sin disfraz como sus compañeros, pero con un muy buen CGI. Quizás uno de los menos populares en la historia del equipo original de Justice League, pero fundamental para los tiempos que se viven. Más máquina que hombre, Ray Fisher quien en la vida real derrocha amor y carisma, como Cyborg/Victor Stone sorprende con una de sus primeras actuaciones en la pantalla grande y quizás de las mejores. Siente el personaje y la rompe. Es la gran sorpresa del equipo.
Una de las cosas más notables de la película es la evolución y el cambio de personalidad en Batman. Profundamente afectado por la muerte de Superman, el caballero de la noche deja de ser el vigilante que vive con odio para intentar dejar todo en la cancha con tal de defender al mundo. Se siente culpable por la caída del último hijo de Krypton y se olvida de su típico egoísmo para reunir al equipo. Al ser uno de los mejores jugadores de la Liga, el director disfruta hacer grandes escenas que siguen demostrando que su elección y su visión para el personaje son las indicadas y las más fieles para su historia. Jeremy Irons lo sigue acompañando bien como Alfred y se acerca aún más al mayordomo picante que merece un Bruce Wayne de la altura de Batfleck. JK Simmons no tiene ningún problema para interpretar a James Gordon, en su poco tiempo de pantalla, brilla y nos da esperanzas para verlo en la futura película del Dark Knight.
La película tiene un potencial enorme como si de una bomba atómica se tratase, con todos los héroes luchando en varios escenarios contra un villano de turno (Steppenwolf) y su ejercito de Parademons que sirven de excusa perfecta para unirlos por primera vez. La amenaza no destaca, pero si es imponente el poder y la historia detrás de sus objetivos con las cajas madres. Hay escenas épicas con toda la mitología del universo DC estallando en una batalla visualmente impresionante y también nuevos vistazos a la isla de las Amazonas y al reino de Atlantis. No hay respiro en la cinta, todas las escenas encajan y avanzan naturalmente en la historia.
A diferencia de muchas de las últimas películas del género, este film está realizado en 2D y sin cámaras IMAX. De igual manera, hay un gran nivel de detalles y de efectos visuales, principalmente en la primera parte de la película en donde se nota de manera obvia la visión y el trabajo fílmico de Zack Snyder. No defrauda y como en todas sus películas, tiene una escena inicial para quitarse el sombrero.
Las únicas fallas de Justice League se empiezan a notar en algunas escenas y momentos que fueron agregados en los famosos reshoots. Desde remates de chistes innecesarios, sobre-actuaciones en algunos momentos y cambios bruscos en personajes que venían demostrando una personalidad al comienzo del film y que terminan mostrando otra al final. También se siente la ausencia de Hans Zimmer en la banda sonora de la película, acostumbrados a relacionar una película de DC con la maestría del compositor alemán. Danny Elfman, encargado de la música en Batman (1989) de Tim Burton, regresa para acompañar a la Liga en su primera aventura del cine. La música no está nada mal, hay algunos guiños a los temas clásicos de Batman, Wonder Woman y Superman, pero en momentos en donde la película necesita un acompañamiento épico, se queda muy atrás y con poca explosión musical.
Con sus contratiempos y con la gigante presión que contaban antes de su lanzamiento, la nueva aventura de los héroes de DC Comics en la pantalla grande cumple en entretenimiento, valora los sentimientos de sus fans e intenta complacer a todos conectando todo más simple y natural de la mano de Joss Whedon. Una película que podría ser definida como un 75% de Zack Snyder y un porcentaje restante del trabajo en conjunto para poder aprobar y seguir pensando en el futuro.