En la anterior y bochornosa “Superman Vs. Batman” (2016), el oriundo de Kripton moría, en la presentación de este nueva incursión del cine derivado del comic lo vemos a Batman (Ben Affleck) tratando de formar un seleccionado de superhéroes para combatir el mal, aunque el malvado de turno todavía no haya sido presentado.
Así de inconsistente e improcedente es todo el filme, claro que superar a su antecesora no era una tarea titánica, pero eso mismo no determina bondades para éste producto.
La Mujer Maravilla (Gal Gadot) es la primera en ser reclutada, luego continuara con Cyborg (Ray Fisher), Flash (Ezra Miller), Aquaman (Jason Momoa), éste el único que nada quiere saber de murciélagos y otras plagas, hasta que la maravilla de Gal Gadot lo seduce.
Presentado el personaje a combatir, Steppenwolf (Ciarán Hinds), con voz de ultratumba incluido como para generar algo del orden de lo posible en tanto destruir al mundo, sin lograrlo, claro, ni destruye el mundo, esto es previsible, ni genera la posibilidad.
Steppenwolf puede aparecer gracias a la desaparición de Superman, si logra juntar tres cajitas desperdigadas por el mundo estará en condiciones de lograr su objetivo, tampoco se explican las razones de su accionar.
La historia es demasiado pequeña como para mantener el interés del espectador, incluidos los fanáticos, por eso la producción depende casi exclusivamente de los espejitos de colores, léase efectos especiales, que no producen efecto alguno, ni son tan especiales en su factura.
El seleccionado de superhéroes no podrán contra el malvado, deben recurrir a quien podrá salvarlos, que no es el Chapulín Colorado, sino el mismísimo Superman (Henry Cavill), lo que hay que agradecer pues es la excusa perfecta para que Lois Lane (Amy Adams) y Martha Kent (Diane Lane) iluminen la pantalla, junto a Jeremy Irons lo más placentero en tanto actuación del filme.
Ben Affleck cumple, prolijo en su dobles de roles, Ezra Miller ha tenido mejores performances, Gal Gadot y Henry Clavill transitan frente a cámara del mismo modo que por una pasarela, gestos adustos y alguna que otra sonrisa, los demás son pura mascara o maquillaje.
La producción es previsible desde su titulo, por lo cual era de esperar algo que cautive, y eso debería haber ocurrido desde la construcción del guión, que deriva en una estructura clásica del genero, sin nada que deslumbre o rompa con los cánones preestablecidos, todo inundado por un gigantesco catalogo de lugares comunes, en los que también cae la banda de sonido.
Si ha esto le agregamos que han dejado cabos sueltos por doquier, como la que abre la película, con una pregunta a uno de los héroes de la que no hay respuesta y se espera que el texto termine por responder, pero no. Hasta se podría justificar tal desidia e imponer los problemas que tuvo la producción, desgracias personales incluidas, cambios obligados en los responsables o ponernos serios e intentar hacerlo desde la recurrencia de Michael Haneke, que siempre en sus filmes plantea interrogantes de inicio, que nunca resuelve, lo que seria una muy buena broma, pero no.
Esta liga no llega ni a las medias…tintas