Vengan juntos
Con Superman muerto y sepultado, Batman recluta a Mujer Maravilla y más superhéroes. En fin.
Luego del cataclismo que significó Batman v Superman el año pasado –igual, recaudó más US$ 850 millones en todo el mundo- esta Liga de la Justicia implicaba o representaba saber dónde quedaban parados no sólo los personajes, si no DC Comics en el plano cinematográfico.
Muerto y sepultado Superman (sí, como Cristo, al que tanto se lo emparentó en El Hombre de acero), Bruce Wayne/Batman sale a reclutar superhéroes para que el malvado de turno (Steppenwolf) no se apodere del planeta. Vemos al comienzo cómo la ausencia del falso Dios Superman ha dejado a Metrópolis en manos del vandalismo, así que mejor que Batman se apure.
Con la ayuda de Mujer Maravilla –en más de un sentido: la película individual del personaje estrenada hace 5 meses ayudó y mucho a que DC Comics resurgiera-, y de tres nuevos superhéroes (el anfibio Aquaman, Cyborg, un atleta que quedó mitad humano mitad máquina y The Flash, que básicamente lo que hace es correr), El Encapotado sale a combatir al malo con cuernos, voz grave y su séquito de extraterrestres que parecen mosquitos . Hay hasta un gag con una niña que toma un aerosol matamosquitos.
Pero la pregunta del millón de dólares es por qué hacen falta no dos, ni tres, ni cuatro (ni cinco...) superhéroes en un solo relato. Ultimamente, ni las películas que llevan el nombre de un héroe en el título lo tiene a él solito.
Lo que ocurre con Liga de la Justicia es tal vez un síntoma del cansancio muscular, creativo y de ideas. La trama es simple y las peleas, sencillas. Si Batman v Superman era pretendidamente oscura, Liga de la Justicia es light. Funciona como un espejo que devuelve la imagen al revés. Tampoco funciona como secuela per se, aunque arranque después. Si una duraba dos horas y media, ésta apenas sobrepasa las dos, con créditos incluidos. Menos, a veces, es más.
El director Zack Snyder debió abandonar el rodaje cuando tenía el 80% filmado por el suicidio de su hija. Y no deja de ser paradigmático que haya sido Joss Whedon, el director de Avengers, de la contra Marvel, quien lo completara.
Liga…, es menos bombástica que Batman v Superman, tal vez el toque pop de Snyder está un poco ausente. Y aquí The Flash cubre el rol que Spiderman tenía en la última Avengers, el del jovencito que entra al equipo, pero como no tiene la fuerza de sus compañeros, es el comic relief, la salida graciosa. Es el side kid. Puede gustar, o no.
¿Por qué no funciona Liga de la Justicia? Porque los personajes no tienen carne, piel, sino musculatura. Nadie pide a un cómic en su traslado a la pantalla que se aleje de la incongruencia (a los superhéroes los pueden moler a palos y siguen como si nada; Mujer Maravilla salva de un ataque terrorista a civiles con un timing para rebotar balas infalible e increíble, y así), pero sí coherencia interna.
El estilo visual de Snyder perdura, y el que trabaja más de la cuenta es Danny Elfman desde la banda sonora. Del Batman de Tim Burton a esto, más que ascender aquí ha hecho otra cosa.
No es que se juzgue al Batman de Snyder y Ben Affleck por extrañeza del creado por Christopher Nolan en su trilogía. Aquí no hay sustento, y tal vez fuimos demasiado permisivos con Batman v Superman, porque esta película, con todo, hasta parece mejor.
Fanáticos, quédense hasta el final de los títulos. No es que lo que pasa sea para aguantarse los 7 minutos de créditos, pero hay dos escenas intercaladas, la segunda adelanta y mucho lo que vendrá a futuro.