Tras “Wonder Woman” (2017), el fenómeno de taquilla y empoderamiento que además catapultó a la fama a la actriz israelí Gal Gadot, Warner encontró una manera de narrar la riqueza que las páginas de los cómics de DC contenían. Hasta el momento, y excepto las trilogías de Batman dirigidas por Tim Burton y Christopher Nolan, no hubo en el último tiempo otras producciones que pudieran hacerle honor a los relatos que las historietas desplegaban en cada viñeta.
Repasemos, “Catwoman” o “Green Lantern”, por citar sólo dos, de los muchos casos de adaptaciones desafortunadas, que fueron sumando, fracaso tras fracaso, una mirada completamente diferente a la necesaria por los espectadores frente a las películas de DC.
En la vereda del frente, y apoyados en la experiencia y conocimiento de los estudios Disney, Marvel comenzó a proliferar en la pantalla, con una infinidad de versiones de carne y hueso de sus héroes que rápidamente se posicionaron en la taquilla y en las preferencias del público.
Si Superman, Batman y la Mujer Maravilla, por citar tres de los íconos del universo DC, construían desde el papel infinidad de historias atrapantes, dignas de los mejores dramaturgos de todos los tiempos, cómo podía ser que el cine no pudiera capturar la esencia de los personajes y dotarlos de un contexto propicio para narrar sus aventuras.
Pero Zack Snyder (“Batman Vs. Superman”) lo hizo, utilizando su carta blanca, tras varios productos fallidos, logró trasponer las reglas de cada uno de los superhéroes, sumando a The Flash, Ciborg y Aquaman, en la conformación del grupo que podrá poner fin a los males de la sociedad “La Liga de la Justicia” (2017) en una película potente y sólida.
En esa manera de encontrar un estilo propio (aunque “robando” en el guion algunos tips a las películas de Marvel, principalmente el humor como relief de situaciones complicadas) ya desde la escena de arranque, un videoclip digno de MTV, con “Everybody Knows” de Leonard Cohen reversionado por Sigrid, la oscuridad se apoderará del relato y marcará el ritmo de la historia.
Tras la muerte de Superman, el mundo ha comenzado a vivir una era de delitos imparables, a lo que se sumará la visita inesperada del villano “Steppenwolf”, un ser que desea a toda costa hacerse con tres poderosas cajas que le permitirán crear un nuevo orden en el universo y la Tierra.
Pero claro está que no le será fácil, y menos cuando Batman/Bruce Wayne (Ben Affleck) junto con Diana Prince/Wonder Woman (Gal Gadot) comiencen a reclutar al resto de héroes necesarios para configurar el escudo que impedirá el reinado del mal de este ser. No contentos con lograr sumar a The Flash (Ezra Miller), Ciborg (Ray Fisher), Aquaman (Jason Momoa) irán más allá, recuperando la figura de Superman (Henry Cavill) para que el combo sea aún más atractivo.
Allí donde sus predecesoras se quedaban, con la solemnidad de intentar ser lo más fiel posible a su origen, “La Liga de la Justicia” juega y entretiene, hace que los héroes se muestren más conflictuados que nunca, tomen alcohol (el whisky es la bebida preferida por todos) y piensen en todas aquellas cosas que en algún momento se prometieron hacer y hasta ese momento no las habían hecho por miedo o prejuicio.
“La Liga de la Justicia” cumple con lo que otras producciones prometían y no podían sostenerlo por más de diez minutos, brillando en el mapa de películas de género y prometiendo mucha más diversión para próximas entregas.