Aventuras en el espacio con el astronauta de “Toy Story”
Este spin-off del compañero de Woody no busca crear un multiverso al estilo Marvel sino bucear en la prehistoria del heroico personaje.
CRÍTICAS
Emiliano Basile Por Emiliano Basile
Viernes 17 de junio de 2022
Una placa al inicio de Lightyear (2022) anuncia el origen del film, “el juguete que recibe Andy en 1995 (fecha de estreno de la primera Toy Story) está inspirado en una película. Ésta es esa película”. La aclaración explica que esta aventura no surge del universo ficcional de Toy Story sino de la ficción imaginada dentro de ese universo, dejando atrás toda conexión con la película fundacional.
Así, y al contrario de las franquicias de superhéroes que buscan cruzar personajes e historias, esta película funciona como apartado, como paréntesis a la saga principal, que ayuda a forjar las bases y fundamentos del comportamiento del legendario juguete Buzz. Una suerte de nota al pie del guionista que ahora sale a la luz en forma de película.
La versión “real” del personal que inspiró al muñeco comienza en un planeta lejano donde Buzz Lightyear (voz en inglés de Chris Evans) debe cumplir una misión, pero por esas cosas del destino todo se complica y queda varado junto a una peculiar tripulación (voces en inglés de Keke Palmer, Dale Soules y Taika Waititi), y su divertido compañero robot Sox (voz en inglés de Peter Sohn), en ese territorio intergaláctico donde suceden infinidad de peripecias.
Lightyear tiene el encanto de las sagas de aventuras espaciales de antaño, donde la figura del héroe en tierras lejanas debe sortear múltiples obstáculos con naves espaciales y rayos láser. El estilo PIXAR balancea como siempre, humor y aventuras en la medida justa, con la dosis precisa de emoción y encanto para componer a sus personajes, sea el del título o los nuevos aquí presentados.
De esta manera se centra en su personaje y en todo el imaginario cósmico a su alrededor, sin forzar otras lineas narrativas del universo Toy Story para contentar a los fanáticos. Por eso, al final queda la sensación de que la película está más preocupada por la nueva historia que elabora, que por sacar provecho de la nostalgia del reencuentro.