Al infinito…
Una película que se desprenda de la saga de Toy Story supondrá siempre un éxito comercial para Pixar y Disney. Por más que exista ese miedo de arruinar algún producto, los números dejarán bien parada a la compañía. Pero como es costumbre para Pixar, la empresa de animación no defrauda en cuanto a calidad en esta nueva cinta.
Sin entrar en mucho spoiler, Lightyear nos trae la historia del héroe del espacio que inspiró el juguete que tanto nos enamoró en Toy Story. Justamente, a partir de este encanto previo que la audiencia tenía, es donde se refuerza un sentimiento muy profundo dentro del espectador y acaba por enamorarlo nuevamente. Inteligentemente, los guionistas van marcando detalles durante todo le metraje que brindan recompensas constantes a quienes están sentados en las butacas, pero sin perder la organicidad ni embarrar la trama.
Es una película de ciencia-ficción que se vale de recursos narrativos bastante utilizados en el género pero consigue sorprender en más de una ocasión. Los nuevos personajes están a la altura (párrafo aparte para el gato robot), siempre apoyados en el incansable guardián del espacio, con voz de Chris Evans.
La música, si bien es sutil por momentos, es uno de los elementos que mejor funciona, sustancial en las escenas que nos emocionan, porque claro, no olviden que a Pixar le gusta ir al hueso. Por último, la película no se olvida que es una comedia: mucha risa y hasta carcajadas en toda la sala.
Lightyear es un film distrutable desde muchos aspectos, con personajes entrañables y con el auténtico Buzz, que nos hace reír, tensiona y nos llena de recuerdos inolvidables. Y de esto último también se trata un poco la película.
Puntuación: 8/10
Por Manuel Otero