Lilo, Lilo, cocodrilo es una divertida propuesta donde actores y actrices reales comparten pantalla personajes creados en CGI, cuyos diseño se ubican al límite de la caricatura.
A simple vista, Lilo resulta una mezcla rara entre Roger Rabbit y, para argentinos mayores de cuarenta años, el clásico Margarito Tereré. Más aún si tomamos en cuenta que su única vestimenta es la bufanda roja colgada a su cuello, ¿es Lilo un homenaje al personaje de los años ‘70 o un robo norteamericano a la industria fílmica nacional?