Como muchas otras mujeres peruanas migrantes en Chile, Lina, apoya a su familia a distancia trabajando para otra persona en Santiago. Este año, mientras prepara su viaje anual de Navidad para ver a su hijo adolescente, Lina se da cuenta de que él ya no la necesita como antes. Sintiéndose desplazada emocionalmente, se entrega a explorar sus deseos y a vivir nuevas aventuras, buscando redefinir su propia identidad.