Lincoln

Crítica de Fernando Herrera - Mirar y ver

Haz lo correcto

El último trabajo de Spielberg es como un buen alumno, tan correcto como anodino, y lo que más llama la atención es la ausencia de la mayoría de las virtudes y los defectos de sus películas previas.
Es muy probable que Daniel Day Lewis se lleve otro Oscar por su intepretación de un Lincoln que parece cargar con todo el peso de la historia en sus hombros. Por lo demás, el interés de la trama es acotado. Resulta un acierto que el foco esté puesto en solo un año en la vida de Lincoln, 1865, y en su obsesión por lograr la abolición de la esclavitud. Con esto Spielberg logra desmarcarse del tradicional formato biopic, que suele engolosinarse en representar una infancia que defina el destino de su protagonista. No obstante, la extrema dignidad del buen Abraham y ciertos subrayados no hacen más que billikenizar la Historia. Una Historia que solo por momentos cobra vida, cuando se embarra en una serie de posiciones contradictorias pero atendibles de cada uno de los políticos que negocian las idas y vueltas de la enmienda que permitirá la libertad de los esclavos.
Los puntos de contacto con Amistad (1997), del mismo director, son varios pero en este caso se nota una clara intención de evitar las ingenuidades, simplificaciones y golpes bajos de aquel trabajo.
Habrá que ver si con esto alcanza para llevarse más premios. En el contexto actual no sería raro que eso ocurriera.