Balazos, música y comida
Un agente de la DEA de licencia se va a vivir con su pequeña hija a un pueblito perdido. Estuvo en el medio de un tiroteo sangriento. Y necesita salir de escena y ganar un poco de calma. Quiere olvidarse de todo, pero no hay caso, el destino lo persigue. Aunque se esfuerza para no meterse en problemas, al final se verá envuelto en una trama siniestra, con drogas, motochorros terribles y policía vendido. Y no le queda otra que limpiar la pistola y arrancar otra vez. El film tiene la pluma de Sylvester Stallone y como actor a Jason Statham, un solitario, medio taimado, que da justo como personaje de pocas pulgas y poca compañía. Nada nuevo, pero está bien contada. El relato avanza sin tropiezos, los personajes stán bien pintados y las pequeñas viñetas de las orillas (un encarcelado que quiere venganza, una terapeuta que quiere buena compañía, un pueblito difícil) le agregan interés. Nada espectacular, pero todo bien puesto y a su medida.