El nuevo trabajo de Jason Statham (Crank) tiene como director a Gary Fleder (Impostor), quien hace varios años que no hace films y está trabajando en series de TV, y a Sylvester Stallone (Rocky Balboa) como guionista, que aparentemente escribió el guión hace mucho tiempo para protagonizarlo él mismo pero nunca se presentó la oportunidad.
Jason Statham ha hecho de su carrera cinematográfica sinónimo de acción y explosiones pero, a diferencia de sus colegas en este rubro, el actor no se ha mostrado en sobrecargadas películas de gran presupuesto (Más allá de Los Indestructibles y Rapidos y Furiosos). Statham siempre ha estado en productos de mediano y bajo presupuesto, manteniendo vivo este tipo de thriller de acción que ya no aparece en demasíada por las salas. De tanto en tanto, Jason Statham protagoniza algún film de buena calidad /reputación, como es en caso de El Gran Golpe (The Bank Job), El Código del Miedo (Safe) o Snatch.
En el caso de Línea de Fuego, el guión de Sylvester Stallone no ofrece nada nuevo ni está bien construido como para enganchar al público. La dirección de Gary Fleder, más allá de ser competente en lo técnico, no saca provecho de la situación para hacer de este largometraje algo más que un producto desechable. Lo único que sostiene al film son las performances de los actores: James Franco (127 Horas) se divierte tanto como Winona Ryder (El Cisne Negro) haciendo de los antagonistas de turno, mientras Statham cumple a la perfección con el papel que le tocó, que también ha hecho muchas veces a lo largo de su trayectoria.
Línea de Fuego puede llegar a entretener a algunas personas pero, siendo un producto carente de personalidad, lo más probable es que inpire aburrimiento a pesar de su ajustados 100 minutos de duración. Por suerte, en el 2015 Statham aparecerá como villano en la nueva entrega de Rápidos y Furiosos, solo resta saber si saben aprovechar al este actor y así poder olvidar el amargo trago que es Línea de Fuego.