Sigue la lluvia de superhéroes
Otro personaje de historietas que llega, discretamente, al cine.
Hal Jordan, el joven que se convierte en Linterna verde, le cuadra cierta observación de Freud: “El hombre ha llegado a ser un dios con prótesis”. Jordan (un amable aunque anodino Ryan Reynolds) es un piloto de avión capaz pero irresponsable, que lleva una vida sin compromisos y esconde un trauma (la muerte de su padre, también aviador, en un accidente), hasta que desde otra galaxia le llega una pesada misión: convertirse en salvador, en héroe, a partir de un anillo que le entrega un alienígena en agonía.
No es necesario relatar argumentos. Sólo recordar que ese anillo es un “arma” vinculada con la imaginación. Lo que desea Linterna verde se convierte en una módica realidad, salvadora en momentos de peligro. Por otra parte, para combatir a Parallax, poderoso villano que quiere destruir a la comunidad de los linterna verde, al superhéroe se le exige que no tenga miedo. Pero él, un hombre al fin, a pesar de su “prótesis” anular, confesará que tiene temor. Debilidad o, quién sabe, fortaleza humana Es cierto que, en el bombardeo de superhéroes de historieta que está lanzando el cine, Linterna verde -esta película- no cuenta con la munición más pesada. Su argumento, sus diálogos y sus imágenes, en comparación con las de otras grandes producciones, son sencillas. El resultado: discreto, pero no indigno. Sobre todo en los (breves) pasajes en que se imponen el humor y la humanidad en torno al protagonista.
Un déficit marcado es que el realizador Martin Campbell, que dirigió las sagas de James Bond y El Zorro , no trabajó en profundidad los personajes secundarios. Así se pierde, por ejemplo, el trabajo de actores como Tim Robbins, quien interpreta a un senador cuyo hijo (Peter Sarsgaard) es un científico denigrado por el padre y convertido en enemigo de Linterna verde en la Tierra. Más allá de los resultados de este filme, hay promesa de saga: el amarillo, color de los villanos de la película, brilla después de los créditos finales.