La temporada de películas superheróicas oficialmente bajó la persiana. No fue un año que quedará en la retina de los fanáticos, tanto por la cantidad o por la calidad de los estrenos de protagonistas con capas, pero no fue para nada malo.
Este cierre llega de la mano de Linterna Verde, el único héroe de la inmensa galería que tiene la editorial DC Comics –contraparte de Marvel- que estrenó película este año y uno de sus más representativos.
En esta oportunidad nos situamos en un universo donde hay una fuerza intergaláctica de policías que controla cada uno su sector. Esta Policía Federal a escala universal se llama Cuerpo de Linternas Verde y esta conformada por seres tan variopintos como un insecto o un ente con cuerpo de piedras. Va a revivir su peor amenaza cuando, Parallax, un ser formado y alimentado por miedo -la sensación enemiga por antonomasía de los Linterna Verde- escape de su prisión con ganas de venganza.
Dentro de este polvorín a punto de estallar espacial, Hal Jordan -un piloto aeronáutico de pruebas que tiene algunos asuntos de miedo irresueltos por la muerte accidental de su padre- es el primer humano seleccionado para formar parte del Cuerpo. La selección de Jordan (Ryan Reynolds) es motorizada a partir de la muerte a manos de Parallax de, Abin Sur, uno de los Linterna Verde más destacados.
Como quien no quiere la cosa, el muchacho va a empezar a ser entrenado en su nuevo trabajo a escala universal para ser un miembro competente del Green Lantern Corps, tal es el nombre original. El poder de los Linterna Verde viene a través de la voluntad de cada usuario y canalizado a través de un anillo que recibe.
Eso es en cuanto a la descripción argumental de la película, ahora tratemos de ver que es lo que le pasa a LV. No es aburrida. En ningún momento miré el reloj para ver cuanto faltaba para que termine, lo que ya es algo a favor. Pero de lo que sí peca es de cierta previsibilidad, el jugar a seguro.
Convengamos que no hay muchas historias para contar en el cine, especialmente en el sub género superheróico. LV sigue el patrón del hombre de buen corazón, a quien se le da un poder y responsabilidad que acepta, luego renuncia por no sentirse adecuado, para terminar aceptando su suerte, superar el obstáculo que tenía y tomar el lugar que le corresponde. Casi como si fuese un juego de seguir los puntos en una revista infantil.
A ver, me puede decir que pasa lo mismo en la Spider-Man 2 de Sam Raimi. Y probablemente tengan razón, pero Raimi saltea algunos puntos, vuelve sobre otros para llegar al final que todos sabemos que va a tener. En definitiva el trayecto es totalmente distinto.
Linterna Verde da por momentos la sensación de no tomarse en serio ni a sí misma. Un amigo del protagonista, cuyo objetivo pretendía ser un comic-relief, le hace un chiste por su primera aparición pública y la ridícula elección que tomó para salvar a un grupo de personas. O el interés romántico, la absurdamente bella Blake Lively, le pregunta si realmente cree que un antifaz que cubre los pómulos y ojos le va a ocultar la identidad.
Martin Campbell, director que trató de aunar los conceptos de media docena de guionistas acreditados y que ha sabido revivir la franquicia de 007 con Casino Royale, no logra que simpaticemos por Jordan en ningún momento. Lo deja al pobrecito Reynolds, que hace un buen trabajo con el material que le dieron, todo el trabajo.
Los efectos especiales, especialmente cuando la acción se traslada al planeta del que los Linterna son originarios, Oa, donde nuestro protagonista empieza su entrenamiento y a entender que forma parte de algo muchísimo más grande que él es poco menos que brillante.
Una vez más, flaco favor le hace el 3D a la película. No agrega ningún tipo de profundidad y puede llegar a estar justificado (léase bien usado) en el tramo del entrenamiento del Linterna novato. Se entiende a partir de que es el formato de 3D pero con la reconversión.
Aquellos conocedores de la mitología del personaje quedarán esperanzados con el protagonismo que tomaría el personaje de un enorme Mark Strong, Sinestro en una posible –pero aun no confirmada- secuela como el villano de turno. Quizás haya sido porque el estándar en cuanto a este tipo de películas se haya levantado en los últimos años, pero Linterna Verde no es decididamente mala, aunque muy esta lejos de ser redonda.