Un romance atípico, con la fina sensibilidad de Ivory
A los 88 años James Ivory, el exquisito autor de "Un amor en Florencia", "Maurice" y otras delicadezas de íntima emoción, se retrae esta vez al solo (pero nada menor) trabajo de adaptar una novela de otro exquisito, el sefardí André Aciman, hacer el guión, reservarse la producción, y elegir un director de confianza. Para el caso, el refinado Luca Guadagnino, de quien acá vimos "Io sono l'amore" ("El amante"), un melodrama de gran peso formal y aire viscontiano con Tilda Swinton.
En "Llámame..." también tienen gran peso las formas, pero el aire es liviano, y todo es disfrutable. La historia sucede años atrás en una "villa" italiana donde pasa sus vacaciones un adolescente privilegiado, hijo de un profesor de historia del arte y una traductora amante de la poesía. Cuando llega el nuevo asistente del padre, un tipo joven, bien parecido, el adolescente se deslumbra. Entre ambos hay un acercamiento. La homosexualidad está presente, pero sublimada. Ya lo dijimos, Ivory es un exquisito de los de antes. Con él se lucen parejamente Guadagnino, la directora de arte, el director de fotografía, el joven Timothée Chalamet, su objeto de deseo Armie Hammer, y el padre, Michael Stuhlbarg. La comprensiva charla con el hijo es antológica.