Crítica de “Llaman a la puerta”, M. Night Shyamalan y el fin de los tiempos con Dave Bautista
El director de “Sexto sentido” encuentra la manera de explotar su ingenio para la puesta de cámara en un film que presenta el horror en varios sentidos.
Llaman a la puerta (Knock at the Cabin, 2023) es la mejor película de Shyamalan en los últimos años. Quizás porque se siente más contenido por una historia que no surge de su autoría (está basada en la novela “La cabaña del fin del mundo” de Paul G. y él escribe el guión basado en un borrador de Steve Desmond y Michael Sherman), o quizás porque los espacios de encierro y un solo disparador de tensión dramática lo obliga a utilizar toda su imaginación en función del relato. De cualquier manera, su pincel es notorio en cada plano y la historia que se cuenta adquiere una potencia arrolladora.
Una familia está de vacaciones en una casa en medio del bosque cuando llegan cuatro personas con raras intenciones, comandadas por Leonard (Dave Bautista). Se presentan amablemente y les dicen que de ellos depende el fin del mundo y que, para evitarlo, deben sacrificar a un familiar. Tamaña decisión que los pone contra las cuerdas.
Shyamalan cruza como en toda su filmografía el componente fantástico con la realidad. Creer o no es la cuestión que mantiene en vilo al espectador hasta el final. Un poder sobrenatural determina los acontecimientos en el mundo y dictamina lo irracional del comportamiento humano. Desentrañar las razones ocultas detrás de los eventos será el quid de la cuestión.
Con ese disparador el cineasta indio-estadounidense que cada vez se parece más en el manejo de la cámara a Hitchcock (y por decantación a Brian De Palma), recurre en sus últimas producciones a los relatos de terror contemporáneos que plantean una situación de encierro en una única locación. Un tipo de relato contado infinidad de veces pero que en manos del director de Fragmentado (Split, 2016) adquiere otra dimensión. Lo que aparece en foco y fuera de foco, lo que está en campo y fuera de campo, los leves movimientos de cámara, destacan objetos claves para la narración (la pistola, los cuchillos), o los recovecos por dónde escapar (puertas, ventanas, sótanos). Toda una ingeniería cinematográfica al servicio de construir el mejor suspenso posible.
Hay también sutiles pero efectivos temas de coyuntura mencionados en la trama, tales como el terror irradiado desde los medios de comunicación, la imposibilidad de comunicarse, la posverdad, las nuevas dinámicas familiares, la intolerancia social, etc.; para quien quiera hacer una doble lectura del relato.
Llaman a la puerta muestra a un Shyamalan contenido en el relato y sacándole el mayor provecho posible a una historia sobre el fin del mundo que se alinea perfecto con sus mejores producciones.