Lo and Behold: Werner Herzog se sumerge en la Red
No hay muchos cineastas con la inventiva, la inteligencia y el sentido del humor de Werner Herzog. A los 74 años, el alemán sigue sorprendiendo con su capacidad para encontrar temas que funcionan como disparadores de películas que, enmarcadas en el terreno del documental, el género sobre el que más ha trabajado en los últimos años, suelen abrir una cantidad notable de perspectivas interesantes, extrañas, sorpresivas, incluso delirantes. En este caso, el punto de partida es la historia de Internet, desde sus inicios en un campus de la Ucla, en 1969, cuando fue enviado el primer mensaje vía Arpanet, red de computadoras creada para comunicar instituciones académicas y estatales de los Estados Unidos. Pero es difícil que Herzog siga una lógica tradicional. Apoyado en su particular estilo como entrevistador, consigue estructurar en diez capítulos una serie de singulares testimonios que dan cuenta de la posibilidad de una hecatombe mundial producida por una tormenta solar que paralizaría las comunicaciones, pronostican la creación de un robot que juegue mejor que Messi o nos pone en contacto con un comunidad que escapa de los efectos nocivos de las señales inalámbricas.
Dinámico, provocador, atrapante, el film combina argumentaciones científicas, reflexiones sociológicas y algunas ironías que son marca registrada de Herzog, para terminar dejando un regusto amargo, provocado por las profecías distópicas que el propio director parece abonar.