Un filme que impresiona y estremece
Es mucho más que cine catástrofe. Es la historia real de una familia española que pudo sobrevivir a esa furia que trajo el mar. Estamos en Tailandia, en la navidad del 2004 en un hotel de lujo. Y de pronto llega el tsunami. La reconstrucción de ese maremoto es fantástica. Uno se siente estremecido en medio de esa ola gigantesca que cuando llegó arrasó con todo y cuando se retiró dejó un escenario devastado.
El español Bayona ya había mostrado su pulso en “El orfanato”, pero aquí se eleva más. Hay emoción, buenos actores, un guión inteligente y un fino retrato de personajes. Cuenta un caso real: una familia española, los Alvarez Belón (padre, madre y tres hijos chicos) se salvó, pero estaban desencontrados. El filme relata esa búsqueda, llena de desesperación y esperanza. No están solos. El filme los pone en medio de un escenario que pasa del dolor a la impotencia, del horror a la ilusión. Bayona no descuida ninguno de esos aspectos. El filme es intenso y no necesita golpes bajos para conmover. Es sobrío en el retrato de esa compartida desesperación. Así como “Titanic” partía de un hecho real para transformar la tragedia en un vistoso melodrama, “Lo imposible” se sirve de un caso real para dar una lección heroica de supervivencia y para enseñarnos que a veces la tenacidad, el esfuerzo y la esperanza logran llegar a un final feliz. Y habla también de la fuerza del amor, de la necesidad de no entregarse y sobre todo del peso enorme del azar. Lo dice, en una hermosa escena, Geraldine Chaplin, cuando habla de que los seres queridos, los que están con nosotros y los que ya no están, brillan de igual manera, porque son como esas estrellas que murieron y nos siguen iluminando. Un filme impresionante. Emociona y conmueve.