Sufrimiento familiar
Basada en hechos reales, una familia sufre de los desastres provocados por un temible tsunami que los obliga a separarse. Conmovedora historia donde a través de un gran despliegue técnico reconstruye con enorme veracidad los terribles acontecimientos. Sin embargo, a pesar de contar con grandes actuaciones, una dirección técnica envidiable y un marco insuperable, la película no logra salir de la anécdota preliminar para convertirse en un fuerte relato de supervivencia y termina mostrando las costuras de su narración.
Al ser una película extremadamente dramática, uno sabe que se va a encontrar con situaciones límites donde la brecha entre el llanto verdadero y el golpe bajo es muy estrecha. Para algunos puede haber una manipulación desleal por parte del realizador y para otros las escenas serán tan reales como emotivas. Sin embargo, la utilización de un título tan grandilocuente como "Lo imposible" no da buenos augurios y tampoco serán los continuos llantos, exclamaciones de dolor o gritos de auxilio los que apacigüen las acusaciones de entretenimiento morboso. Son escenas como el reconocimiento de los objetos personales de la madre por parte del hijo mayor, la admiración de las estrellas muertas o el reencuentro final, las que sentencian a la película como un producto no del todo loable. Incluso la aparición selectiva de los horrores del Tsunami muestran de manera más precisa la extrema manipulación hacia el espectador.
La única razón por la que la película no cae en el exceso es el gran nivel actoral de sus interpretes, ya sean las figuras consolidadas o los chicos principiantes. Todos entregan una solida interpretación que al estar acompañada de un imponente despliegue visual crean a la perfección aquel ambiente de destrucción y desolación. Tanto el maquillaje como vestuario nos muestra con gran potencia el impacto del Tsunami en sus cuerpos y sus espíritus. Incluso la reconstrucción de la gigantesca ola con su incontrolable paso, hacen de "Lo imposible" una película difícil de olvidar.
Sin embargo, es la historia misma la cual a su modo dificulta la conexión emocional con el espectador. Una vez transcurrida la mitad de la película uno ya sabe que los integrantes de la familia están vivos y, por lo tanto, cualquier cuota de peligro sobre sus vidas ya se ha perdido. Es verdad que la familia se ha separado en dos y ahora el drama provendrá de la búsqueda por el reencuentro, pero después de haber sobrevivido semejante catástrofe uno en cierta manera ya esta aliviado. Podrán pasar todas las penurias posibles para reencontrarse, pero lo peor ya paso y lo único que queda por hacer es esperar a que ellos se vuelvan a juntar.