La travesía de un reencuentro
Con delicadeza, el realizador, construye un entramado de sensaciones que pasan de la desesperación al desconcierto, de la conciencia de la situación límite a la breve resignación y la final lucha por la vida.
Una pareja con tres hijos. El viaje a Tailandia en unas breves vacaciones. Un hotel paradisíaco y luego de la noche de Navidad, olas de treinta metros arrasan la zona. Estamos en 2004 y un tsunami de nueve grados de intensidad arrasa con doscientos treinta mil personas a lo largo del Océano Indico. La familia es separada. La historia del reencuentro se cuenta en este filme, basado en el caso real de la española María Belón y su familia, que vivió la tragedia.
Los personajes en la ficción son el matrimonio integrado por Maria (Naomi Watts), Henry (Ewan McGregor), el hijo mayor Lucas (Tom Holland) y los dos niños menores Thomas (Samuel Joslin) y Oaklee Pendergast (Simon). La acción se inicia prácticamente en el viaje a Tailanda, el alojamiento en el hotel y el desencadenamiento de la catástrofe. La gigantesca ola inicial que fragmenta en tres partes a la familia, la madre y el hijo mayor por un lado, el marido por el otro y los pequeños en un tercer lugar.
RECURSO EMOCIONAL
Un director joven, Juan Antonio Bayona ("El orfanato") estructura el filme dentro del formato del melodrama con una austeridad de recursos y una total ausencia de efectismo. Semejante tema, catástrofe, separación familiar, caos general, podría haber sido un detonante casi necesario, pero Bayona sabe ser intenso, pero no desbordado y su graduación de recursos emocionales es un componente destacado en la historia familiar.
Con delicadeza, el realizador, construye un entramado de sensaciones que pasan de la desesperación al desconcierto, de la conciencia de la situación límite a la breve resignación y la final lucha por la vida. Por sobre todo esto, la fuerza de la familia, de los valores, de la necesidad de la solidaridad ante el caos. La relación madre-hijo, las pocas palabras de los protagonistas ante el estupor del infierno en la tierra que los afecta, son un claro mensaje de la esperanza en la condición humana.
Formalmente impecable, con escenas impresionantes y el mismo hospital de campaña en que los verdaderos protagonistas de la historia fueron ubicados, "Lo imposible" cuenta con dos actuaciones notables, la de Naomi Watts (Maria), síntesis de emociones casi imposibles de traducir y la del niño debutante Tom Holland (Lucas), sorprendente "capo laboro" del conocido bailarín del Reino Unido.