Vivir para contarlo
Siendo Lo Imposible la segunda película del director español Juan Antonio Bayona, es más fácil comprobar en este film la calidad del director para dirigir a los actores y sobre todo los más pequeños, algo que ya se había visto en su primer película, El Orfanato. Bayona decidió centrarse en la relación de padre e hijos antes que en la catástrofe en sí, lo cual es el gran punto a favor que tiene la historia al romper con los clichés del género catástrofe. La relación entre Tom Holland y Naomi Watts es la más lograda y la que sirve como principal hilo conductor de la tragedia, que no busca la lagrima o la impresión fácil.
Quizás el momento más fuerte de la película es el que todos conocemos; cuando el agua golpea el paraíso sin previo aviso. Bayona, quien a pesar del bajo presupuesto de la película logra excelentes efectos sin la necesidad de envidiarle a ningún blockbuster, ubica al espectador en el tsunami de tal manera que uno siente que se está ahogando con tan solo escuchar los efectos del agua.
“Lo Imposible” hace referencia a que, de no ser que la historia de esta familia sea un hecho verídico, con todos sus encuentros y desencuentros, sería algo difícil de creer, y por esto Bayona es reiterativo en recordar que está todo basado en hechos reales. La historia decae en camino hacia su culminación. La música exagera toda emoción y todo silencio. (Alerta de Spoiler) El final, que ya estaba super explicito gracias al pésimo tráiler de promoción que contaba por demás, empeora cuando la familia “se salva” porque no son pobres y pueden irse del lugar para tener un mejor trato profesional. Hubiese sido mejor que Bayona contara hasta la parte en que la familia se reencuentra y nada más. El resto sobra; pero en definitiva Lo Imposible es una historia que vale la pena mirar.