Amor altruista
Las adaptaciones cinematográficas del estadounidense Nicholas Sparks –productor en este caso- siempre gozan de buena salud y con garantía asegurada del público, habitué de los melodramas rosas con altos componentes trágicos y una historia de amor superadora, ligada a la contraposición de caracteres o como es el ejemplo de Lo mejor de mí: la diferencia social.
El director Michael Hoffman se apoya en primer lugar en dos parejas que representan a los protagonistas en el pasado adolescente donde nace el amor y luego de distintas desavenencias y jugarretas del destino se instala en el presente en el que ambos se reencuentran, algo cambiados; en el que han dilapidado sus sueños y debieron conformarse con lo que hay.
El pretexto del encuentro lo constituye un deseo post mortem del anciano Tuck (Gerald McRaney), quien en el pasado dio refugio y protección de un padre abusivo a Dawson (James Marsden), quien que por distintas razones que no revelaremos aquí huyó del pueblo y del amor hacia Amanda (Michelle Monaghan). Ella representaba a la burguesita que para los ojos de papá merecía algo mejor que Dawson, prototipo del White trash, aunque decidido desde el comienzo a pelear por su enamorada. Cabe destacar que en este segmento del relato realmente se lucen los actores Luke Bracey y Liana Liberato en comparación a la poca química entre Marsden y Monaghan, en quienes la desconexión es notoria y sobre todo promediando la segunda mitad.
Más allá de los estereotipos y los diálogos altisonantes, Lo mejor de mí cuenta con una buena dirección que sabe dosificar la ruptura temporal a modo de flashbacks sin perder coherencia interna en el relato, que puede resumirse como un compendio de minis tragedias que se acrecientan al paso del romance como un obstáculo del que sólo puede salirse con un sacrificio altruista.
El conservadurismo de la historia y su coqueteo constante con lo religioso marca un derrotero en el que los pecadores tendrán su merecido y los sacrificados su recompensa, a pesar del calvario personal tanto para la protagonista como para su amado, sobreviviente a un accidente en una petrolera, al maltrato de su padre y hermanos entre otras contrariedades. Para ella, se reserva el dolor de pérdidas y la constancia de aceptar las enseñanzas de las cosas malas.
A grandes rasgos, de eso se trata este nuevo producto marca Nicholas Sparks que vende en dosis aceptables y no empalagosas las bondades del amor altruista.