Adolescencia interrumpida
Lo que no se perdona (2015), la ópera prima de Cristian Barrozo, es un film sobre la adolescencia y el paso a la adultez marcado por la violencia.
Leandro (Alvaro Massafra) se encuentra en una posición delicada. Proveniente de una familia de clase media, frecuenta al Gordo Ovalle (Roly Serrano), un delincuente que regentea un prostíbulo y utiliza a menores de edad para realizar algunos de sus trabajos.
A la deriva, Leandro deambula por el pueblo y evade las responsabilidades diarias. No asiste a la escuela, destrata a su madre y el único lugar donde puede estar tranquilo es con sus amigos, aunque las diferencias con uno de ellos no tardarán en aparecer.
Además de dirigir, Barrozo es el responsable del guión. Las conversaciones que mantiene Leandro con sus compañeros están dotadas de una naturalidad poco frecuente. Del mismo modo, las líneas de diálogo del personaje interpretado por Roly Serrano y por sus socios criminales carecen de ampulosidad.
En cuanto a lo visual, la mayoría de los planos encuentran al protagonista de espalda. De esta manera, el realizador nos hace partícipes del deambular constante de un adolescente que no encuentra su lugar en el mundo. Las figuras de autoridad representadas en la madre, la policía y la maestra, quedan fuera de campo o desenfocadas. Los rostros nunca se muestran en su totalidad.
El adulto que goza del mismo tratamiento que el protagonista es el Gordo Ovalle. Allí, en ese aguantadero, la tensión irá in crescendo hasta el desenlace, donde Leandro deberá tomar la decisión que sellará su destino y marcará el paso definitivo al mundo de los adultos.