El drama familiar Lo que nunca nos dijimos se estrena luego de pasar por el festival de Cine de Mar del Plata, con una propuesta sentimental algo trillada.
Mariana, una Argentina que radica en México, deja a su pareja sola para regresar a su ciudad natal donde su padre agoniza. Allí se reencuentra con su madre, una mujer que transita entre lo anticuado de su corazón y lo moderno de su apariencia, y a la cual le cuesta mucho afrontar la visión de la realidad de su hija. La presencia del moribundo padre, desata todo tipo de conflictos que acercan a Mariana con su pasado, su presente y su futuro.
Desde la segunda escena del film, en donde aparece la madre (interpretada por Ana María Picchio) el verosímil de la película comienza a tropezar. Picchio está sobreactuada y el personaje no tiene los atisbos de realismo que percibimos en Mariana y Fer, su pareja. El código de telenovela que tiene tan presente la trama, es muy chocante y aleja todo el tiempo al espectador de la historia, se vuelve muy difícil discernir para donde apunta la película y cuál será su estética. Algunas escenas están compuestas con sutileza, como la excelente conversación con el ex novio de Mariana (Interpretado por Juan Gil Navarro) pero la mayoría de las escenas de madre e hija que llevan la película son bastante exageradas.
Lo que nunca nos dijimos es una película que apunta a un público más bien adulto, que disfruta mucho de los personajes exagerados, las actuaciones televisivas y los diálogos supra explicativos, donde las emociones siempre están explicitadas y redundantes.
La trama tampoco aporta nada, familia distanciada, secretos ocultos (tan obvios que cualquier espectador los sospecha en cuanto se tratan de ocultar) y una hija que vuelve a una familia que la extraña y rechaza al mismo tiempo y con diálogos constantes en los que todos los personajes sienten la necesidad de explicar todo el tiempo lo que sienten, con tonos característicos de los diálogos que se ven en telenovelas.
Lo que nunca nos dijimos es una película que aun con ciertos desatinos puede ser muy atrayente para un público ávido de dramas familiares y un cine plagado de emocionalidad, pero para el público en general, el film puede resultar demasiado cargado.