En una antigua casa de campo, contenida por un paisaje de árboles y montañas que desborda la vista, dónde el tiempo se encuentra inmóvil en un rincón, funciona un instituto que hospeda mujeres con problemas psiquiátricos. Entre las residentes se encuentra Beatrice (interpretada por Valeria Bruni Tedeschi), una integrante de la familia propietaria del lugar, quién debió abandonar la rutina de la alta sociedad italiana por la bipolaridad y los ataques de ansiedad que sufre.
Un día, como tantos otros, llega a la casona Donatella (excelente actuación de Micaela Ramazzotti), una paciente que ha perdido la custodia de su pequeño hijo y presenta claros síntomas de inestabilidad. Beatrice, deriva inmediatamente su atención hacia ella y no duda en acercársele para autoproclamarse su guía y mentora. De apoco queda cautivada por la historia de Donatella, quien la conduce a una amistad y apego que no había expresado por ninguna otra integrante del lugar.
La relación que forjan las estabiliza y estimula a tal punto que los profesionales que las asisten se convencen en permitirles una salida con fines laborales. Un transporte retrasado y la continua inquietud de Beatrice las hace abordar un colectivo iniciando una serie de aventuras, que van desde compras en un shopping y cenas lujosas, hasta la búsqueda de aquellos de quienes fueron alejados.
Paolo Virzi, realizador de El capital humano (2013), en esta ocasión apela a la comedia dramática para describir el recorrido que estas dos mujeres (con orígenes totalmente opuestos) realizan para encontrarse.
Con algún punto de referencia en Thelma & Louise de Ridley Scott (1991), las protagonistas son dos mujeres que deciden escaparse un fin de semana para romper con las rutinas que agobiaban sus vidas. Loca alegría insta a vivir la vida ahora, rompiendo reglas, saltando muros, llevando la locura a todos los estratos de la sociedad, aunque sea sólo por un breve momento.
Ambas, descubrirán que son las únicas que pueden ayudarse a superar sus propios problemas. Cabe destacar nuevamente las actuaciones de ambas actrices: Valeria y Micaela que no exageran en cuánto a sus interpretaciones, divierten y generan sensaciones de ternura y compasión.
Una y otra conforman un dúo que sostiene todo el hilo conductor de la película de principio a fin sin sobresaltos y con un final que explota de emoción.
Por Mariana Ruiz
@mariana_fruiz