Locamente Millonarios: Amores y enredos de una boda.
Locamente Millonarios (Crazy Rich Asians) se convirtió en la comedia romántica más exitosa de la década a nivel mundial. Por ello decidimos indagar en este fenómeno que se originó en la literatura y cuya adaptación bate récords en la taquilla tanto norteamericana como internacional.
El director Jon M. Chu (Now You See Me 2, G.I. Joe: Retaliation) nos presenta una comedia romántica con pequeños tintes de drama bastante formularia en términos narrativos, pero de aquellas que vale la pena visualizar, ya que están bien ejecutadas y confeccionadas desde su génesis, presentando ciertos valores agregados que la distinguen por sobre la media de este tipo de productos.
El largometraje que adapta la exitosa novela homónima de Kevin Kwan nos cuenta la historia de Rachel Chu (Constance Wu), una joven profesora universitaria, que es invitada por su novio, Nick Young (Henry Golding), a la boda de su mejor amigo en Singapur, país donde se crió. Los nervios por el hecho de conocer a la familia de su novio, de la cual posee escasa información, se ven acrecentados cuando descubre que Nick ha olvidado mencionar que no solo es el heredero de una de las familias más ricas del país, sino también uno de sus solteros más codiciados. Rachel es el objetivo de los celos de todas las jóvenes de la alta sociedad de Asia y, peor aún, de la propia madre de Nick (Michelle Yeoh), la cual desaprueba también esta relación. Así es como la joven deberá afrontar la situación, si es que quiere continuar con la relación que lleva con Nick.
Entrarán en juego cuestiones relacionadas a las banalidades, el materialismo y las chabacanerías de las clases adineradas de Singapur, pero también se expondrá un contraste con las más excéntricas e impertérritas tradiciones chinas sobre la conformación de la familia y el rol de cada uno en ella. Por otro lado, tanto Rachel como Nick llevan un tiempo largo viviendo en Estados Unidos, llegando al punto de estar totalmente “americanizados” en lo que se refiere a cultura y estilo de vida.
Todo este entorno interesante se ve un poco deslucido debido a que se muestra al contexto asiático como sumamente globalizado, un hecho que se profundiza aún más si tenemos en cuenta que la mayor parte de la cinta está hablada en inglés. No obstante, es gracias a un guion de fórmula, pero bastante cuidado y lo suficientemente inteligente como para desarrollar personajes atractivos, que la película consigue sobresalir y distinguirse por sobre la mayor parte de los productos de esta índole que venimos presenciando en los últimos tiempos.
Por otro lado, es sumamente atractivo el hecho de que la acción se sitúe en el seno de la comunidad china/singapureña y reuniendo a un elenco totalmente asiático para la ocasión. Estas historias, más allá de los resultados en términos artísticos y/o de calidad, merecen ser contadas para lograr, la muchas veces insuficiente, representación de las minorías étnicas en la pantalla grande.
El guion, a pesar de su aire genérico, y el trabajo de dirección del realizador estadounidense de origen chino hicieron que se destaquen los distintos intérpretes, consiguiendo una estupenda química entre sus protagonistas Henry Goldin (A Simple Favour) y Constance Wu (Parallels), y un estupendo acompañamiento de varios personajes secundarios entre los que se destacan el de Awkwafina (Ocean’s 8) y el maravilloso trabajo de Michelle Yeoh (Crouching Tiger, Hidden Dragon), como la conservadora y sobreprotectora madre de Nick.
Otro aspecto destacado del film está relacionado con el diseño de producción, la dirección de arte y la banda sonora que son piezas angulares para meternos de lleno en ese territorio foráneo e intrigante que compone el país más pequeño del sudeste asiático y su contraposición con la cultura occidental que son parte del conflicto central. Todos estos elementos hacen que Locamente Millonarios sea una propuesta entretenida aunque poco innovadora en cuanto a trama y estructura. Una dirección inspirada y unas actuaciones más que dignas terminan enalteciendo el resultado final.