Poco hay para decir de este filme de Scott Cooper, más que destacar la gran interpretación y entrega actoral de Jeff Bridges. Merecidamente ha recibido el Oscar al mejor actor de 2009 por este rol de cantante country, con un pasado de olvidado éxito, que lo hace refugiarse en el alcohol. Se hace llamar Bad Blake y vive de sus presentaciones en bares de ruta, entre cervezas, whisky y mujeres fáciles que admiran su música y que tienen la oportunidad de pasar una noche con una ex estrella de la música.
Sin embargo, cuando una madre soltera, periodista de un diario de pueblo (Maggie Gyllenhaal, también nominada por este trabajo) le pide una entrevista, éste podrá ver en ella a una mujer que lo comprende y que ve en él la sensibilidad que éste se permite mostrar.
Con varios lugares comunes, especialmente en la estructura del guión y de su personaje principal (la secuencia en la que Bad debe cuidar al pequeño hijo de su novia ya se sabe cómo va a terminar), este "Loco corazón" se disfruta, más que nada por las actuaciones (también participan Robert Duvall y Colin Farrell) y por las estupendas canciones de T-Bone Burnett y Stephen Bruton, que revelan a Bridges como un expresivo cantante y un justo ganador de galardones en todo festival de cine y entrega de premios.