Un drama humano inteligentemente tratado y con un Jeff Bridges inolvidable
Una road movie por el interior de un personaje, en pleno proceso de decadencia. Jeff Bridges es Bad Blake, tal su nombre artístico, un viejo, arruinado cantante de música country folk, que ha sabido tener éxito, ha sabido de gloria, ha sabido de inspiración para crear canciones, ha sabido que es estar casado, demasiadas veces,
Sabe que es estar alcoholizado, sabe que no puede defraudar la público que lo va escuchar, sabe que esta quebrado económicamente, sabe que su fin se esta acercando.
Pero no sabe todavía que y para que es la vida, sabe leerla, sabe reflejarla en sus canciones, pero no sabe vivirla.
Ya no cree en el amor, reniega de su pasado, reniega de su nombre verdadero, hasta reniega de su gran “don”, la composición.
No reniega de la amistad, como así tampoco de la bondad, se sabe un hombre bueno, perdido, pero cree que nunca le hizo mal a nadie.
Va recorriendo pueblitos por el interior de los EE. UU. ofreciendo pequeños recitales en pequeños bares y tabernas, por unos míseros dólares que apenas si le alcanzan para sus vicios: el tabaco y el alcohol.
Todavía, con sus ya declarados 57 años, tiene encanto, es querido y respetado por los hombres de su edad y apetecido por sus fans, mujeres ya no tan jóvenes.
En ese recorrido por la pendiente descendiente encuentra a Jean (Magiie Gyllenhall), una joven reportera de un diario local, de un pueblito, madre soltera de un pequeño de 5 años.
Ella quiere hacerle un reportaje y descubrirá al hombre detrás de la fachada de músico, con sus miserias, sus silencios, sus tormentos.
El la vera como una última oportunidad, ¿una posible salvación? ¿Una salida?
El filme esta nominado en tres rubros para el premio “Oscar” 2010, entre ellos el de mejor actor (Jeff Bridges), quien con esta sería su quinta nominación, entre actor de reparto y principal, nunca lo obtuvo, y en esta oportunidad tiene un gran contrincante en Morgan Freeman con su Nelson Mandela del filme “Invictus”, pero le habrá llegado su turno.
Bridges realiza una composición de antología, un antihéroe, que se hace querer, que produce identificación y empatía con los espectadores. No hay una escena del del relato en que no aparezca, y uno en realidad espera su presencia en la pantalla.
Excelentemente secundado por Gyllenhall, y Colin Farrell quien interpreta a otro cantante, exitoso y mucho más joven, quien fuera en sus principios el protegido de Blake, y como frutilla del postre aparece el gran Robert Duvall, como el amigo incondicional de toda la vida.
Como estamos hablando de un drama, que se sustenta en la vida de un músico, las composiciones que ilustran al film son de excelente factura, y mire que no soy adicto a la música country.