Toca otra vez, viejo perdedor
Bad Blake (Jeff Bridges) ha visto tiempos mejores. Otrora exitoso cantante country, ahora debe pelear desde el llano por un lugar en los humildes escenarios que antes no pisaba ni de casualidad. Perdido por su creciente problema de alcohol, derrotado por una vida que se lo llevó puesto a fuerza del karma de sus malas decisiones, conoce en una gira improvisada a la periodista Jean Craddock (Maggie Gyllenhaal) y algo vuelve a él. Llámese fuego sagrado, llámese inspiración; el viejo Blake está encontrando su centro y esta historia es, en parte, la de sus esfuerzos por reencontrarse con la chispa vital que lo hizo leyenda. Modesta leyenda, es cierto, pero...
Bridges está inspirado y brillante en este rol que le va como anillo al dedo, ya desde la actitud en el primer escenario que le vemos pisar. Y puede cada quien preguntarse... ¿es inspiradora, es atractiva para el público argentino una cinta (más) que aborda la hipotética vida de un redneck norteamericano? La respuesta remitiría casi de inmediato a "El Luchador"; una película que se impuso por la potencia de su personaje protagónico. Las historias bien contadas, con un sólido respaldo actoral, son las que merecen ser vistas y recomendadas, independientemente de cuán aficionado sea el espectador a la música country, a la música en general, al drama humano o a las cintas "personalistas".
Esto sucede, justamente, con "Loco Corazón". Una película para, ahora sí, enamorarse locamente de Jeff Bridges.