Tan disparatada como el asalto real en el que se basa
La historia real de uno de los mayores y más ridículos robos a un camión blindado en EE.UU. parece salida del programa de cable "Los videos más tontos del mundo", y justamente ésta es la gracia de esta descerebrada comedia policial, que se nutre principalmente del talento de Zach Galifianakis, que sin duda es el mayor motivo para ver esta película tan divertida como despareja.
El actor de las tres "¿Qué pasó ayer?" es el empleado de una empresa de seguridad que se roba 17 millones de dólares de su propio camión de una manera absolutamente estúpida, básicamente porque se deja engatusar por una chica que le gusta demasiado, su compañera Kristen Wiig. Aunque en realidad el verdadero cerebro criminal es otro idiota que a la vez es un canalla interpretado con mucha gracia por un Owen Wilson mucho más desagradable que de costumbre.
Todo un ejemplo de cómo la realidad supera a la ficción, al mismo tiempo, al tratar de seguir los hechos reales, el guión sufre abruptos giros argumentales que cambian los climas interrumpiendo el ritmo narrativo. De todos modos, los gags, cuando son buenos, hacen reír a lo grande, sobre todo durante la fuga mexicana del protagonista. Sin ser un gran film, "Locos dementes" puede hacer pasar un rato bastante divertido.