La idea que nació como un cortometraje en 2005 hoy ya tiene dos películas hechas en co-producción entre Canadá, Corea del Sur y Estados Unidos. Como una fórmula que casi nunca falla, esta secuela es de menor calidad creativa que su antecesora de 2014; Locos por las nueces 2 (The Nut Job 2: Nutty by Nature, 2017) cuenta con las voces de artistas como Will Arnett, Katherine Heigl, Maya Rudolph, Bobby Cannavale y Jackie Chan, pero no tiene mucho más para destacar. Si bien el nivel de animación está correcto, le falta elaboración en muchos aspectos, por sobre todas las cosas a los personajes, algo central en los coloridos estándares que suelen manejar estos films para toda la familia.
Mientras la película original tenía lugar en una tienda de nueces y sus derivados, esta vez nos trasladamos por completo hacia exteriores, tras una explosión que deja a todos los animalejos “en la calle”. Para mal de males, el alcalde de la ciudad planea destruir el único espacio verde que estas criaturas tienen para sobrevivir y convertirlo en un mega parque de diversiones, financiado con fondos de dudosa procedencia. Así se desatará la aventura en la que Surly y compañía intentarán detener esos planes malvados cueste lo que cueste, desplegando todo tipo de artimañas.
Les voy a ser sincera, esta secuela de The Nut Job es bastante aburrida y no se salva a sí misma ni siquiera con el humor básico para niños, como lo escatológico o la torpeza. A las ardillas las hemos visto como protagonistas de un sinfín de proyectos, de todos los tamaños y colores, parlanchinas, cantantes, prehistóricas… En verdad ya son un recurso tan agotado como los niños malditos en las de terror y las borracheras grupales en las comedias. Si estuviésemos en los gloriosos años ’90, Locos por las nueces 2 se va directo al videoclub amigo, sin pena ni gloria, hasta que alguien descubra que existe.