Segunda producción animada de Corea del Sur que llega a la cartelera luego de Dinosaurios, estrenada la semana pasada.
Esta es la película más cara que se hizo en ese país dentro de este género con un presupuesto de 42 millones de dólares. En este caso participaron también en la realización compañías de Canadá y Estados Unidos.
La dirección corrió por cuenta de un veterano de los estudios Disney como Peter Lepeniotis, quien trabajó en Toy Story 2 y Fantasia 2000.
En el 2005 hizo un cortometraje llamado Surly Squirrel (disponible en You Tube) que presentaba una historia con animales muy influenciada por el humor de los viejos Looney Toons.
Locos por la nueces expandió esa historia para la pantalla grande.
En Estados Unidos resultó uno de los filmes más vapuleados por la crítica norteamericana algo que fue una enorme exageración.
Algunos críticos trasnochados la compararon negativamente con Ratatouille, una cuestión que no resiste ningún de tipo análisis. No sólo porque este estreno se hizo con un presupuesto moderado, para los números que se manejan en la animación, sino que además presenta una historia que está encarada por otro camino.
Esta producción se destaca principalmente en los aspectos visuales y en la animación donde se hizo un trabajo decente.
Las personalidades de los protagonistas traen al recuerdo por momentos a esos personajes absurdos que se podían encontrar en los viejos cortos del estudio Warner y son divertidos.
Por otra parte, la trama es una propuesta que logra entretener al público infantil sin mayores ambiciones y en ese sentido cumple con su objetivo.
Locos por las nueces no sobresale a entre los grandes estrenos del género de este año pero tampoco es tan terrible y se puede tener en cuenta en una salida familiar.