Dos comediantes más que buenos (Will Ferrell y Zach Galifianakis) hacen de políticos: uno profesional, otro novato; uno cínico, el otro idiota, y ambos en pugna por un escaño parlamentario. De no ser porque estos dos tipos conocen al dedillo los secretos del tempo cómico, esto sería demasiado aburrido, dado que lo único que tenemos son los lugares comunes más repetidos de la sátira sobre los políticos en campaña, a esta altura un espectáculo más cómico (y penoso) que una sátira al respecto.