Enredo televisivo sin timing con animales que hablan. También hay actores. Y un par de chicas pulposas. Es raro que existan estas películas: son de una precariedad notable que imaginábamos totalmente abolida desde hacía mucho tiempo. Pero no, aquí están. Puede decirse que tienen un público, pero a ese público le dan lo mínimo, lo que equivale a un acto de cinismo atroz. El mejor chiste (“hermanos Bielsa”) está en el trailer. Por las dudas.