Insulto al cine
Gregorio (Alberto Fernández de Rosa) es el guardián de un zoológico donde los animales hablan, pero nadie lo sabe excepto él. Hasta que un malvado y poderoso empresario (Matías Alé) descubre el secreto y tratará de apoderarse de los animales parlanchines, para esto contrata a dos torpes detectives (Pachu Peña y Alvaro Navia).
Con este guión simple, y una idea que remite a "Una noche en el Museo", se construyó este revuelto que con la excusa de las vacaciones de invierno y el entretenimiento familiar y pasatista presenta un desfile de actores y figuras de la televisión sin otro fin más que mostrarlos como figuritas de un álbum. Así vemos a Marley comiendo bichos, a Karina Jelinek mostrando el culo y haciendo trompita, a Pachu Peña y Álvaro Navia haciendo de tontos y torpes, y a Luciana Salazar en el rol de esqueleto sexy, entre otros.
De factura televisiva y con un guión casi inexistente, los "actores" hacen sus gracias mientras los animales esperan a que nadie los vea para completar las escenas con chistes y remates que poco tienen de gracioso, aunque los monos que aparecen en el filme son más expresivos que la mayoría de los que participan en este filme.
El resultado es una película que subestima al espectador, al considerar que un filme accesible a todo público debe ser una continuación de escenas berretas, humor físico del malo, y chistes que ya se hicieron miles de veces en televisión.