Esperanza de vida para el Cine
El director Rachid Bouchareb (Days of Glory) pone en escena un drama que va más allá del hecho en sí.
Aunque la trama remonte a los atentados ocurridos en Londres el 7 de Julio de 2005, la sensación va muchísimo más lejos.
Dos padres que, luego del ataque, pierden contacto con sus hijos y en forma independiente y sin conocerse, viajan a Londres en busca de algún rastro.
Uno de ellos es Ousmane, papel interpretado por Sotigui Kouyate y por el cual recibió el Oso de Plata al Mejor Actor en el Festival de Berlín 2009, un musulmán que vive en Francia y se dedica a ser guardaparque.
Por otro lado, Sommers, en el cuerpo de la correctísima Brenda Blethyn, una mujer británica que habita en una pequeña isla del Canal de la Mancha.
Pero lo que el director Bouchared logra con la llegada de Sommers a Londres es magnífico: la muestra sumamente conservadora, preocupada más porque su hija le alquila a un musulmán que por la desaparición de ésta. Tan tensa al enterarse que su hija frecuentaba a un chico “negro” y que también estudiaba "árabe". Ella se pregunta: ¿Para qué la gente quiere saber árabe? y ¿Para qué mi hija?.
Todas estas sorpresas significan demasiado para una madre que espera lo mejor para su hija, más cuando queda de manifiesto que ella crió sola a su pequeña y quedó viuda al perder a su marido peleando en el frente de Malvinas contra un país sudamericano.
¿Cómo harán para unir sus caminos Sommers y Ousmane? Con buen criterio de cineasta y tras luchas internas de la protagonista. Lo que plantea el realizador es enaltecedor para el cine: un film basado en buenas interpretaciones, escasa banda de sonido, prejuicios por parte de la protagonista y la indiscutible decisión de saber qué es lo que se quiere transmitir.
London River es un film bienvenido y deja la grata sensación de saber que el cine de autor no murió.