Conmovedor relato con excelente realización y destacados actores
Otra muestra más de la locura en que esta inmerso el mundo con atentados y guerras.
La historia e inicia con una mujer, habitante de las afueras de Londres, específicamente en una de las islas del Rio, intentando ubicar a su hija, el día de los cuatro atentados simultáneos en Londres, esto es el 7 de julio de 2005.
Narra las vicisitudes de una madre inglesa, católica, y de un padre musulmán, buscando a sus hijos después de los atentados.
Estas dos personas no se conocen, pero al descubrir que sus hijos mantenían una relación amorosa, intentaran averiguar el destino de ellos.
Puesto que el albur de la pareja es dudoso hasta instantes del final, y sin pretender sostenerse desde el suspenso, el relato da lugar y genera tiempo para una buena construcción y desarrollo de estos dos personajes.
Brenda Blethyn, la muy buena actriz de entre otras películas "Secretos y Mentiras" (1996), "Saving Grace" (2000), junto a Sotigui Kouyaté, a la postre ganador del Oso de Plata en Berlin como mejor actor, establecen excelente química entre ellos y se potencian para obtener muy buenas y conmovedoras interpretaciones como padres angustiados y angustiantes
Con un ritmo apaciguado, parsimonioso pero atrapante, y a resultas muy sugestivo, el realizador profundiza en la relación y búsqueda de estas dos personas, sin necesidad de apelar a sentimentalismos baratos, clishes, o mejor dicho, a golpes bajos o de efectos centrados en los atentados.
Tomando como punto de partida el extraordinario, minucioso y trabajado guión de “Indigenes” (2006), el anterior film de Rachid Bouracheb (nominado al “Oscar” mejor película en idioma no inglés), y en comparación podemos decir que aquí el guionista ha preferido una narración lineal, natural en cuanto al devenir de la historia, posiblemente previsible, siempre y cuando uno quiera jugar a las adivinanzas en vez de dejarse llevar por el recorrido de los “héroes”
Por eso el valor esta dado por el buen registro y manipulación de los componentes del relato y la dirección de actores, que le permite pintar bien la desazón y el anhelo de sus personajes.
Lo dicho no va en desmedro de la dirección de arte, que cumple con el cometido de reforzar la información tanto espacio - temporal como en la simetría de construcción de los personajes.
La cámara por momentos parece una cámara testigo, pero por otras es un personaje más de la historia, en el sentido de hacer participe al espectador del dolor de estos padres, ya sea por identificación como por empatía.
Este recurso se ve favorecido por el tono naturalista de las imágenes y por el diseño sonoro, que se constituye en una banda de sonido casi imperceptible y subsumida al relato.
Desgarradora pero de visión imprescindible.