Alternando entre una obra de ciencia-ficción con renovadas ideas dentro de las últimas tendencias, con un film por momentos rebuscado y excedido, Looper, asesinos del futuro es una pieza ambiciosa, por momentos atrayente, pero también despareja. Con una dupla protagónica carismática, compuesta por el veterano pero siempre vigente Bruce Willis, bastante identificado con el cine futurista (12 monos, El quinto elemento, Identidad sustituta), junto a
uno de los mejores actores de la nueva generación, Joseph Gordon-Levitt, a los que se suma la ascendente y bella Emily Blunt; la película garantiza convicción y seducción actoral. Lo que no significa que el trío ponga al producto totalmente a salvo.
Para empezar, resulta bastante difícil entrar en la convención que ambos son la misma versión de un asesino intertemporal (llamados loopers, como reza el título), ya que, salvo por el color de ojos, se parecen muy poco. Más allá del atractivo del dúo, aspecto ya consignado, se trata de una vaguedad del casting. Esto condiciona el film a partir de la media hora en adelante, ya que su arranque es de lo mejor que ha presentado el género en los útimos tiempos, en donde se recicla la idea de los viajes en el tiempo poniendo en primer plano a sicarios futuristas que trabajan para organizaciones
criminales de un futuro bien lejano. Con una clara inspiración en Terminator, habrá idas y venidas en el tiempo, entre otras vuelta de tuerca que irán ajustando y enriqueciendo la idea. Luego la trama se ira deshilvanando hasta un segmento final en el que la persecución de un niño con poderes sobrenaturales complejizará y disgregará todo, innecesariamente. En definitiva Looper, asesinos del futuro termina siendo más un desatado film de acción que otra cosa, con lo cual, en definitiva, puede atraer a variados tipos de público.