Una fantástica idea que no llega a romper el molde.
Looper es una de las propuestas más prometedoras que se han visto en materia de ciencia ficción en los últimos años. Con una premisa argumental original e inteligente, un reparto sólido y un concepto artístico cautivador, esta película augura entregar mucho más de lo que en realidad termina entregando, debido a ciertas imperfecciones en el guión y a una fallida dirección en los momentos clave.
Empieza bien, con buen ritmo y un estilo narrativo muy interesante, pero lentamente comienzan a verse ciertos errores en la dirección. Las fallas son sobre todo observables en las secuencias de acción, que evidentemente no son el fuerte del director. Cámaras confusas, coreografías que no llegan apreciarse y una pésima edición, prestan testimonio de la falta de experiencia de Rian Johnson a la hora de los tiros y los golpes. Algunas escenas, sin ir más lejos, parecieran estar cortadas a cuchillo.
Sin embargo, las tomas de alto voltaje no son el único impedimento para que Looper sea una gran película. También hay algunos atajos e imprecisiones en el guión que son infantiles e inverosímiles, y sinceramente prescindibles. Personajes que entran y salen de escena sin necesidad, arruinando un relato que podría haber sido impecable.
Looper se disfruta por la frescura y solidez de su base argumental, pero termina apenas siendo una propuesta pasatista más del género cuando podría haber hecho historia. La misma película, con un director más ducho en la dirección y edición de escenas de acción, y con un guión mejor pulido, podría haber sido una de las mejores entregas de ciencia ficción de la década.