El 5 de agosto del 2010 tras el derrumbe producido en la mina San José, en Copiapó, en el desierto de Atacama, Chile, 33 mineros quedaron atrapados a más de 700 metros de profundidad, sin la menor posibilidad de poder salir por sus propios medios, con la única, y débil, esperanza de que las operaciones de rescate se realice desde el exterior.
El mayor problema del filme se encuentra al principio. Abre con la leyenda de que por año mueren miles de mineros en el mundo por derrumbes en las mimas; luego, y bastante más grave por ya entrar de lleno en la narración, nos encontramos con la presentación de los personajes el día anterior a la catástrofe, hasta punto tal que la performance actoral de la genial Juliette Binoche en esos minutos mueve a risa, en lo que se presenta como un drama épico tanto que, hasta luego de eso, se puede perdonar que la actriz aparezca maquillada como haciendo una publicidad de Lancombe.
Posteriormente la realización mejora sustancialmente, ya desde el conflicto entre el capataz de la obra y el responsable dentro de la mina, pasando por las escenas del derrumbe muy bien producidas, y dando lugar a los distintos conflictos que se presentaran, con dos subtramas menores en relación a lo vivido por los mineros en esos 69 días de encierro.
De factura hollywoodense clásica, logrando estructurar más que aceptablemente la honestidad del filme respecto a la historia, la dirección, la producción, y en menor medida el guión, sobre todo en los diálogos.
Un elemento acertado en cuanto a su diseño y su realización son su banda sonora compuesta por el fallecido músico James Horner (ganador del Óscar por “Titanic”, 1997), para ello, según consta, realizó un meticuloso estudio de la música del altiplano chileno y sus acordes empatizan constantemente con las imágenes en pantalla.
Entre los tres espacios del relato, el principal conflicto bajo tierra esta puesto en juego por Mario Sepúlveda (Antonio Bandera), quien se hace cargo de la seguridad del grupo, en tanto y en cuanto relaciones entre ellos, conjuntamente con Alex Vega (Mario Casas) y Luis Urzúa (Lou Diamond Phillips), siendo ellos las que mantendrán unido al grupo, influyendo esperanza donde no la había.
La segunda esta compuesta por los familiares de los mineros que constituyen un campamento en las inmediaciones del derrumbe siendo su vocera María Segovia (Juliette Binoche), quien se enfrenta al que luego quedará como casi héroe de la historia, el ministro de minería de Chile Laurence Golborne (Rodrigo Santoro), responsable de llevara el esfuerzo hasta lograr el fin por todos conocidos.
“Los 33” termina por ser un filme épico, que narra la supervivencia de un grupo de hombres en las condiciones más adversas, e intenta contar una historia real que conmociono al mundo y logra el mismo cometido con herramientas leales.