Recuerdo cuando ocurrió la gran aventura de los mineros que ya se hablaba de que iban a hacer películas al respecto, jamás pensé que la primera sobre el tema pudiera ser tan mala.
Sé que suena categórico pero no hay otra manera de describirla. Cada uno de sus elementos están mal planteados, desde el enfoque, los diálogos, la dirección y las actuaciones.
En la primera escena vemos a quien es tal vez la actriz europea más emblemática de la actualidad, Juliette Binoche, vestida de coya vendiendo empanadas. Ahí es cuando el verosímil se va al demonio y esto sucede en el minuto uno.
Si bien es verdad que a lo largo de la historia del cine se han hecho películas basadas en hechos reales cuyos diálogos fueron adaptados al inglés por tratarse de una película de Estados Unidos, en este caso en particular desconcierta un poco.
Un factor que se repite a lo largo de la cinta en varios detalles tales como noticieros con graphs en español y periodistas hablando en inglés, gente con pancartas en español y gritando en ingles o diálogos enteros en inglés que mechan frases chilenas (mal pronunciadas).
Sin embargo esto puede resultar un detalle para muchos y no molestar. El problema de la película no radica ahí sino en su enfoque.
Primero y principal se trata de una historia muy reciente y muy conocida, motivo por el cual todos saben su final. Todos sabemos que los 33 mineros sobrevivieron. Eso le resta muchísimo porque no se puede crear suspenso ni siquiera en las escenas de derrumbes.
No hay tensión al saber que el peligro pasó sin mayores consecuencias.
Por ello se torna más interesante ver la historia de afuera, la de los familiares y los políticos. Pero lamentablemente no se ahonda mucho y apenas se toca la superficie del gran conflicto que tuvo en ese momento la administración de Piñera con la minería.
El trabajo de la directora Patricia Riggen es mediocre, no logra crear ni tensión y utiliza recursos burdos y todos los clichés del mundo para que el espectador conecte con la historia y no solo no lo logra sino que hasta hay una escena onírica totalmente ridícula.
¿Y ese gran elenco? La respuesta no es fácil porque el cast es muy bueno pero individualmente, el ensamble de personalidades de diferentes naciones no funcionó. Muchos parecen que están en otra película.
Banderas está bien, pero no deja de ser Banderas y a Binoche no se le cree nada. El que zafa con dignidad es Rodrigo Santoro en muy buena dupla con Gabriel Byrne, lo mejor de la película sin dudas.
Golpes bajos que no funcionan y sentimientos de esperanza que no pueden transmitirse enmarcan una historia que no logra llegar porque su noticia y popularidad es su mayor enemigo.
Los 33 es un drama mal logrado que solo puede encontrar eco y resonancia en el pueblo chileno.
Una magnífica y apasionante historia convertida en una mediocre película.