La dimension aburrida
Al momento de anunciarse a los que encarnarían a los nuevos cuatro fantásticos, algo ya indicaba que nada bueno saldría de esta producción. De movida, hacer un reinicio ya sonaba innecesario, especialmente si no iba a estar a cargo de los que hoy manejan el universo Marvel. Cabe señalar que ni los X-Men ni Los 4 Fantásticos están bajo la órbita de Disney, que sí posee ya todo el resto del catálogo Marvel.
Pues bien, para encarar esta nueva presentación del cuarteto los guionistas apelaron al viejo recurso de contar la niñez de los personajes hasta su post adolescencia. Y ahí se quedan, abúlicos, todavía inmaduros, listos para ser parte de un video de Pearl Jam. Tan poca gracia por parte del cuarteto protagónico es apoyada por un guión tedioso y redundante que recién a los cuarenta minutos de proyección ofrece algo parecido a la acción, para luego volver al tedio hasta llegar al clímax, resuelto con torpeza y apuro.
Los efectos especiales son mediocres para estar a tono con toda la producción, al igual que la música incidental, obvia por demás. Un aparte para la estúpida correccción política que actualmente infecta a hollywood y que en esta oportunidad llevó a modificar el origen de uno de los personajes, todo para poner a un actor negro como protagonista. Discriminación inversa que le dicen, y de la que todavía no acusan recibo.
Apenas podría destacarse la secuencia en la que los protagonistas sufren la mutación de sus cuerpos luego de visitar una extraña dimensión, y así Johnny es devorado por las llamas, Ben está cubierto de rocas y Reed ve como su cuerpo se estira, mientras Sue se invisibiliza.
Sin gracia, aburrida, olvidable, así es esta película que se aleja de los cánones de calidad que Marvel impone últimamente a sus productos. Algo que Fox, en esta oportunidad, no está a la altura de ofrecer.