Fuimos varios los que nos miramos al terminar la función de prensa de LOS CUATRO FANTASTICOS como buscando algún tipo de explicación. ¿Qué pasó? ¿Esto fue todo? De todavía seguir dándose películas en formato 35mm. uno podía pensar que se olvidaron de pasar un rollo de filme. Pero no, así que no había mucho donde rebuscar: esto era todo. Un colega lo definió de una manera justísima: pareció un piloto para una serie de televisión.
Entiendo que el objetivo debe haber sido otro, pero el resultado se parece mucho a eso. Hecha en dimensiones mucho menores a las usuales en el cine de superhéroes –algo que no es necesariamente un problema–, la película presenta los personajes y muestra su conversión en lo que todos ya sabemos que son durante alrededor de una hora para terminar presentando un villano en la última media hora. Y listo. Si no es una serie de TV cuyo próximo episodio sale la semana que viene, algo salió mal acá.
Juro que había olvidado por completo cuando entré a ver la película las controversias que existieron con su director, Josh Trank, quien aparentemente tuvo una relación muy difícil con sus productores durante el rodaje, al punto que esa fama circuló y al director de PODER SIN LIMITES lo terminaron apartando del proyecto de hacer una de las películas del nuevo universo STAR WARS. Muchas veces, de hecho, esos rumores suelen no tener nada que ver con el resultado final de una película. Pero en un punto de la película lo recordé. Tenía que haber pasado algo para que ésto sea lo mejor que se pudo presentar como reboot de una franquicia que tenía dos bastante recientes y muy flojas películas.
fantasticfour1De hecho, la película no empieza mal. Con ciertas reminiscencias “spielberguianas”, el filme muestra a Reed Richards como un niño entre excéntrico y superdotado que sueña con construir una máquina que transporta materia de un lugar a otro. El que lo ayuda a conseguir materiales es su compañero de escuela, Ben Grimm. Años después, con los personajes ya interpretados por Miles Teller y Jamie Bell, siguen intentando hacerlo con mejores resultados que entonces aunque todavía un tanto impredecibles.
En una exhibición de ciencia son contactados por el Dr. Franklin Storm (Reg E. Cathey, de HOUSE OF CARDS) y su hija adoptiva, Sue (Kate Mara), quienes están trabajando en un proyecto parecido en una empresa y Reed es contratado para colaborar con ellos. Luego aparecerá el otro hijo de Franklin, el algo descontrolado Johnny (Michael B. Jordan) y otro oscuro y perturbado geniecillo, Victor Von Doom (Toby Kebbell). Casi media película se irá en todo este proceso, que culminará en un viaje en el que las cosas salen mal y los viajantes vuelven modificados para siempre: Reed con su elasticidad, Johnny con la posibilidad de volverse una bola de fuego, Ben convertido en una mole de piedra y Sue, capaz de volverse invisible. Y así, durante un buen rato, cada uno lidiará a su manera con sus extraños poderes hasta que el mítico Dr. Doom (Victor, que nunca pudo regresar del viaje) se acuerde que le toca aparecer como el villano de la película antes que se termine.
THE FANTASTIC FOURSi bien se agradece la brevedad del enfrentamiento final –y hasta el tono Clase B medio berreta de esa pelea–, da la sensación de que a la película le falta (o le sobra) un acto, como si lo que hubiéramos visto fuera una larga preparación sin casi remate. Se sabe que esta línea de personajes de Marvel no pertenece al llamado MCU (el Marvel Cinematic Universe de los AVENGERS y compañía), sino que por cuestiones de derechos están en la misma órbita que los X-MEN, sociedades ambas de Marvel con Fox. Y, en ese sentido, es valorable que busquen otro tono y una dimensión más humana para sus productos. El problema es que acá no se sabe muy bien cuál es. El tono “spielberguiano” del principio se pierde, la película se vuelve seria y grave, pero al final lo que queda es una especie de criatura pequeña armada con retazos y sin demasiada personalidad propia. Ni como piloto de serie de TV convence…