No deja de ser llamativo que hasta la fecha la única película que logró capturar el verdadero espíritu de los Cuatro Fantásticos haya sido Los Increíbles, de Pixar.
El concepto de esta historieta siempre fue muy sencillo.
Una familia disfuncional de superhéroes se dedica a salvar el mundo mientras sus integrantes hacen todo lo posible para no matarse entre ellos y llegar a fin de mes como el resto de la gente.
Esta idea es lo que hizo que la revista se destacara frente a otras propuestas de Marvel y DC que tenían enfoques diferentes.
Los estudios de Hollywood nunca terminaron de entender a estos personajes y la nueva película que llega a los cines es una enorme decepción para quienes somos fans de este gran clásico.
Distorsionaron tanto a los 4F, con el fin de convertirlos en héroes más atormentados como los X-Men, que terminaron por quitarle a esta propuesta toda la gracia que tenía.
Esta producción tomó vagamente como referencia dos cómics en particular.
Ultimate Fantastic Four, una colección que surgió en el 2004 y presentó una versión más juvenil de estos superhéroes, y la miniserie Primera Familia, de Joe Casey (Vengadores: Año uno), que exploró con un poco más de dramatismo el origen del grupo desarrollado por Stan Lee en 1961.
Este último título mencionado surgió como parte de la celebración del 45 aniversario de los 4F.
En el campo de los cómics esas propuestas demostraron que los personajes pueden ser trabajados con un poco más de seriedad siempre que se respeten sus personalidades, ya que de otro modo el concepto del grupo pierde su gracia por completo.
Un tema que jamás terminaron de entender los productores de Fox y el director Josh Trank.
Este nuevo relanzamiento en principio se vio afectado por el desastroso casting que eligieron para darle vida a los superhéroes.
Los actores son buenos, todos los demostraron en sus trabajos previos, pero acá formaron un equipo sin química donde no lograron conectarse entre sí y esto afectó muchísimo el film.
Michael B. Jordan, quien interpreta a la Antorcha Humana, jamás logra entablar un lazo de hermandad con Kate Mara (Sue Storm), quien brinda una representación fría y desangelada de Sue Storm. Un elemento clave de esta historia.
Más deprimente todavía resulta lo que hicieron con dos de los personajes favoritos del cómic como La Cosa y el Doctor Doom.
Para cualquier fan de los 4F las nuevas representaciones que ofrece el director Trank son un puñal al corazón.
La Cosa quedó relegado a un objeto de utilería al que le quitaron su carisma y sentido del humor.
Ben Grimm sin sus comentarios irónicos es como Superman sin la capacidad de volar. El personaje siempre se aferró al humor para lidiar con su tragedia personal y esa es una cualidad que lo hizo tan humano y querible.
Un monstruo de piedra que en varias oportunidades demostró tener más corazón que sus colegas masculinos.
En la nueva película las clásicas chicanas a la Antorcha Humana, los comentarios sarcásticos a Reed, la ternura y protección que siempre manifestó ante Sue brillan por su ausencia y La Cosa es un personaje aburrido que no aporta absolutamente nada. Tampoco ayudó el fallido casting de Jamie Bell, un gran actor que fue escogido para el personaje equivocado.
El tema del Doctor Doom califica directamente como un bochorno cinematográfico y el nuevo origen que crearon los guionistas es completamente idiota. En las películas anteriores también la pifiaron con este tema pero lo que hicieron en esta producción es terrible.
Uno de los los antihéroes más complejos y fascinantes del universo Marvel en este caso fue representado como un típico villano acartonado de los Power Rangers que apenas aparece un par de minutos. El diseño del personaje encima fue horrendo y Doom ahora luce como una copia clase Z de Darth Vader.
La película del 2005 (dirigida por Tim Story) estaba muy lejos de ser perfecta, pero al menos respetaba la esencia de los protagonistas.
Chris Evans y Michael Chiklis, muy especialmente, la rompieron como la Antorcha Humana y La Cosa y el elenco tenía química.
En este relanzamiento jamás se puede ver a los 4F como un equipo porque los actores no lograron conectarse entre sí. La escena final antes de los créditos es contundente en ese sentido.
Cuando la historia termina te deja completamente indiferente sin ganas de volver a encontrar a este elenco en una continuación.
Ahora bien, más allá de las objeciones que uno le puede hacer al film como fan del cómic, el trabajo del director Trank es realmente malo.
La película de los Cuatro Fantásticos tiene menos acción que Superman regresa (no es broma) y esto es algo completamente inaceptable para una adaptación de este clásico.
Hacia el final, después de una tortuosa introducción de 90 minutos, Trank se digna a brindar una maldita secuencia de acción que encima se resuelve de manera abrupta y no transmite ningún tipo de emoción.
Los efectos especiales presentaron un trabajo decente y el diseño digital de La Cosa fue excelente pero con eso no alcanza.
El film de los 4F debió ser una propuesta entretenida como Guardianes de la galaxia, que fusionó a la perfección el humor con la aventura y la ciencia ficción.
De eso se trató durante más de 50 años este cómic. Reitero, las aventuras de una familia disfuncional de superhéroes. No debería ser tan complicado de entender.
El enfoque exageradamente serio y dramático que le dieron a este relanzamiento no hizo otra cosa que brindar un film desapasionado y aburrido donde se nota claramente la falta de interés de los realizadores por estos personajes.
Una producción fue muy manoseada por varios guionistas y productores que nunca tuvieron claro que hacer con estos superhéroes.
Ojalá en algún momento los estudios Marvel recuperen los derechos cinematográficos para que finalmente se pueda hacer la película que estos gigantes del cómic se merecen. Sin la familia Richards no hubieran existido todos los personajes que vinieron después.
Los 4F son los pilares de esta compañía y merecen una producción que les haga justicia en la pantalla grande.
Algún día.