"Los 4 fantásticos" no le hacen honor a su nombre
"Los 4 Fantásticos" debutaron en los cómics en noviembre de 1961, en The Fantastic Four #1. Básicamente la trama consistía en que cuatro personas eran expuestas a rayos cósmicos durante una misión científica en el espacio exterior y obtenían superpoderes. El grupo estaba conformado por Reed Richards (el Sr. Fantástico), que podía estirar su cuerpo como quería; Sue Storm (la Mujer Invisible), que puede generar campos de fuerza y hacerse invisible; Ben Grimm (La Mole), que posee fuerza sobrehumana debido a que está hecho de roca; y por último Johnny Storm (la Antorcha Humana), hermano menor de Sue que puede envolver su cuerpo en llamas y también volar.
Los 4 Fantásticos fue el primer equipo de superhéroes creado por Stan Lee y Jack Kirby y pertenecen a la llamada Edad de Plata de los Cómics, cuando se introdujeron muchos recursos de ciencia ficción en los orígenes, poderes o aventuras de los personajes. La creación de este grupo le trajo muchas alegrías a Marvel Comics, ya que fue uno de los títulos que ayudó a que la compañía pasara a ser una pequeña división de una editorial al monstruo que es ahora.
El cómic fue adaptado varias veces: tuvo cuatro series animadas (1967, 1978, 1994 y 2006), y cuatro películas (1994, 2005, 2007 y la que nos compete). Y como alguien que carga con una maldición a cuestas, esta nueva adaptación de uno de los grupos más exitosos y lucrativos que tuvo y tiene el Noveno Arte vuelve a fracasar en su intento de conquistar la pantalla grande.
El film comienza presentándonos a un muy joven Reed Richards que, con elementos de su propia casa ha sido capaz de construir un teletransportador. Esto lo logró con la ayuda de su amiguito Ben Grimm.
Los dos niños logran transportar cosas inanimadas, pero no traerlas de vuelta. Siete años más tarde, Reed (Miles Teller) y Ben (Jamie Bell) lo han logrado, lo que ellos no saben es que mandan los objetos a otra dimensión. Esta información se las da Dr. Franklin Storm (Reg E. Cathey) y su hija adoptada Sue (Kate Mara). Reed recibirá financiación para perfeccionar su invención, y contará también con la ayuda de Johnny -hijo de sangre de Storm-, capaz de construir lo que le pidan; y Victor Von Doom (Toby Kebbell), un genio científico que tenía un proyecto similar al de él. El grupo logra su objetivo y mandan un chimpancé a otra dimensión y lo traen de vuelta.
Los muchachos hacen el mismo viaje pero un accidente hace que adquieran superpoderes (los que ya explicamos) y Victor queda perdido en esa dimensión. Un año más tarde, Reed, Sue, Johnny y Ben deberán trabajar en equipo para detenerlo cuando retorne para acabar con este mundo.
El director Josh Trank, que llegó a dirigir este film gracias a la sorprendente Poder sin Límites (Chronicle, 2012), nos entrega una película, sosa, pesada, que durante una hora trata de construir algo que no llega a ser ni original ni novedoso.
El guión, producto del mismo Trank, Simon Kinberg y Jeremy Slater, es aburrido, poco interesante y ni siquiera tiene una pizca de humor, tan característica de las películas de superhéroes.
El elenco es bueno, basta repasar sus carreras, pero el material que tienen para construir sus personajes es casi nulo: no tienen mucho vuelo dramático ni algo interesante para explorar en ellos.
Lamentablemente, el relanzamiento de este grupo no es de la mejor manera. Nuevamente sucumben en la pantalla grande. Lo único "fantástico" que pueden demostrar es si, después de este bodrio, hacen la secuela anunciada para 2017. Si eso sucede, que Dios y Stan Lee se lo demanden.