No es para tanto
Se toma todo demasiado en serio, y cuando llega la acción, más que adrenalina da risa.
Es increíble, pero impresiona el poder que tienen las palabras de Mirtha Legrand, ésas referidas a que el público siempre se renueva. Llegaron hasta Hollywood, donde los grandes estudios entienden que, cada tanto, deben arrancar de nuevo con alguna saga.
El cambio tiene que ver con todo: se renueva el elenco, la historia original -generalmente son cómics- es una excusa y allí van, con mayor o menor suerte, empezando de nuevo. No piensan las nuevas sagas como han hecho con James Bond, que el actor cambia y ya van por las dos docenas de películas. No.
Los 4 Fantásticos tuvo dos películas recientes, la primera no hace tanto, en 2005, y debido al inesperado éxito -verla hoy, con sus efectos especiales, da un poquito de risa, por lo que no lo recomendamos- y una secuela (L4F y Silver Surfer). Así que ahora no están Ioan Gruffudd, Chris Evans (que saltó a ser el Capitán América, y salió ganando, no se quemó, ni Michael Chiklis ni, ay qué pena, Jessica Alba).
El principal escollo de esta película es que se toma todo en serio. Demasiado en serio. Al fin de cuentas, es la historia de cuatro jóvenes que adquieren distintos poderes que cambian su fisonomía, y eso se debe al contacto con un fenómeno extraño y fuera de nuestro mundo.
O sea: no vamos a ponernos serios si el origen ya da para tomarlo en broma.
Los 4 Fantásticos comienza con Reed y Ben de chicos y, hay que decirlo, parece seguir el aliento de Los Goonies o aquellas películas de los años ’80, en la que no todo era vértigo de entrada. Como que aquí la historia se toma su tiempo para desarrollarse.
Pero llega un momento en el que de tan serio que parece todo, cuando llega la acción el contraste es rotundo, y le quieta encanto, si lo tuvo antes.
Historia de científicos que creen que se puede realizar la teletransportación humana, no sólo de una habitación a otra, sino a otro punto del universo, tiene a Miles Teller (sí, el de Whiplash y coprotagonista de Los juegos del hambre) como el Hombre Elástico. Y, tal vez porque es el más conocido, le hacen explicar con palabras todo lo que las impagenes también relatan. Será por si los espectadores se entretienen mirando más el cubo de pochoclo. Otra explicación, no existe.
Al escaso ritmo se le suma una trama tirada de los pelos (allí afuera en el universo quedó un resentido que querrá vengarse de los 4 Fantásticos, y del mundo también) y un final que da pie para nuevas aventuras, si esta película funciona en la taquilla.
Si no, arrancará de nuevo dentro de otros diez años.
Cómo sabe Mirtha.