Un Ridley Scott a medio camino
Era indudable que el nuevo reboot del grupo fantástico sería un paso al frente respecto de sus dos predecesoras, con un gran elenco formado por Miles Teller, Michael B. Jordan, Toby Kebbel y Kate Mara, el film dirigido por Josh Trank logra el primer híbrido entre el estilo superhéroes mezclado con ciencia ficción, pero se queda corto en el balance final.
El tono oscuro y de suspenso que se vive en las escenas futuristas apocalípticas de la última X-Men Days Of Future Past se siente durante este film -mismos productores y estudio -20 Century Fox-- pero mucho más protagonista. Una vez que los personajes resuelven el problema para crear el viaje interdimensional y son afectados por lo que encuentran allí, de nuevo en la base de operaciones son tratados como fenómenos de una forma muy oscura, varias secuencias de este estilo dark recuerdan a algún momento tenso en Alien, el octavo pasajero -1979-, tal vez la primera en su estilo único de ciencia ficción y terror.
Sin embargo, he aquí donde radica uno de los problemas del film, este nunca termina de abrazar el estilo híbrido, y al final se decide por un tono más heroico, con estridente música, más representativo de Marvel/Disney.
Un punto mayúsculo en su mejora en relación a las entregas originales es Victor Von Doom, el antagonista, ahora encarnado por Toby Kebbel, una de las más sólidas actuaciones y junto a Miles Teller, en los zapatos de Reed Richards, son los personajes en los que más se explora y, no por nada, son los que más logran hacerse querer a lo largo del film, hasta se entiende el motivo por el cual Víctor termina siendo Doom, y por qué no avalarlo. Al igual que Ben Grimm, “La Mole” -Jamie Bell-, quien es presentado como amigo de la infancia de Reed y justifica completamente a la evolución de los personajes a lo largo de sus andanzas.
Otro punto en contra tal vez sea la ligereza con la que el film avanza pasada la introducción, tanto Johnny Storm -Michael B. Jordan- como su hermana -esta vez adoptiva- Sue Storm -Kate Mara- son presentados en muy acotadas escenas y sobre todo en Jordan se nota que el estereotipo vence y sólo se refleja como un “badass” que consigue poderes sobrehumanos. En cuanto a su hermana, “La Mujer Invisible”, encuentra facetas muy diferentes en su personaje, primero muy fría y luego sí alcanza el papel de una especie de interés amoroso de Reed Richards -como los comics mandan-, pero el cambio en su personalidad tal vez fue demasiado drástico para los meros 100 minutos de película.
En resumen, hay un tono ciencia ficción rondando en el aire de la película que de haber sido explotado con mayor eficacia tal vez tendríamos una nueva arista dentro del mundo de las películas de superhéroes. Los 4 Fantásticos -2015- merece el beneficio de la duda y redimirse -o hundirse- con una segunda entrega, ciertamente la merece mucho más que su predecesora de una década atrás.