Volver a los clásicos
Unos diez años después de finalizada la guerra de secesión, una diligencia atraviesa lentamente los blancos e imponentes caminos de Wyoming en el medio de una tormenta de nieve, en busca de llegar pronto al refugio.
Los pasajeros de la diligencia son John Ruth (Kurt Russell), un cazarrecompensas que lleva a Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), la líder de una banda de ladrones, para entregarla a la justicia cuando lleguen a Red Rock. A ellos se les sumarán en el camino Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la unión también convertido en cazarrecompensas, y Chris Mannix (Walton Goggins), un soldado sureño quien dice ser el nuevo sheriff de Red Rock.
Todos se dirigen a la misma posada, y al llegar al lugar todo indica que algo raro pasa; hay personajes desconocidos a los que les cuesta justificar su presencia allí, y la dueña y sus ayudantes no aparecen por ningún lado.
Con gran claridad narrativa la historia va y viene en el tiempo para mostrarnos de a poco cómo han llegado todos ahí, y cómo finalmente se ha conformado la escena. Ladrones, representantes de la ley, soldados del norte y del sur, negros, mexicanos, racistas, todos en el mismo lugar, desconfiando unos de otros y rodeados por una tormenta de nieve que les hace imposible dejar el refugio.
La muerte no tardará mucho en llegar, una venganza mezclada con sálvese quien pueda, y uno a uno van cayendo todos en un circo de violencia donde no faltan sangre, tripas y las típicas escenas gore de Tarantino.
Siempre teniendo presentes a quienes admira, Tarantino construyó un prolijo western con todos los elementos clásicos; extraordinaria música de Ennio Morriconne, y una fotografía maravillosa. Pero por tanto copiar a todos aquellos a quienes admiraba, Tarantino terminó copiándose a sí mismo. Hay mucho de homenaje a sí mismo dentro del filme, mucho hedonismo y mucho amor propio, personajes que andan a caballo pero sostienen largos y cínicos diálogos como los de los gangsters de "Perros de la Calle", mucho humor negro y Samuel Jackson haciendo con distinto traje más o menos el mismo personaje de siempre.
La diferencia con otros filmes en los que pegaba todas sus figuritas preferidas -como por ejemplo "Kill Bill", que era un pastiche de personajes y disfraces- es que acá el ensamble funciona, la trama está muy bien narrada y el suspenso engancha, y por otro lado todos sus actores clásicos están realmente excelentes: Tim Roth, Michael Madsen, y los ya mencionados Jackson y Russell.
Si bien las casi tres horas de duración son demasiado, y sentimos que el director ha estirado el film regocijándose en su talento y sus gustos y mostrando una y otra vez eso que le gusta tanto y que le sale tan bien, "Los Ocho Más Odiados" es una muy buena película con los típicos juguetes de Tarantino, pero con una interesante línea de suspenso que puede ser disfrutada por los fanáticos de siempre y entretenida para aquellos que no lo son.