El filme de Marco Berger viene antecedido de varias interpretaciones, en este punto todas las ellas son validas, pero no dejan de ser eso, lo que no implica que tengan algún sustento dentro del texto. Como decía Boris Vian, “Esto es real porque es producto de mi imaginación”, pero en cine no funciona al 100 x 100. Lo que se muestra es una caterva de imbéciles pasados los 25 años largos, reunidos en una finca de fin de semana. Se los muestra como jóvenes de una alta posición económica.
Si fuésemos a leerlo desde el concepto del menemismo, es un filme de “Jóvenes ricos que tienen tristeza” y se divierten haciendo estupideces y molestándose unos a otros, con muchos juegos sexuales al limite. También del buen gusto. Se establecen diálogos mayormente de a pares o tríos, como si fuesen de la alta “cultura”, esto desde la clasificación de Sigmunt Bauman, todos de un nivel intelectual paupérrimo, púes