Precedida por críticas españolas que la destrozaron, Almodóvar suele sufrir esos ensañamientos en su país, este film marca un retorno del director a la estética, el delirio y el desenfado de los 80 que marcaron a fuego su estilo. Pero el tiempo pasó y esos graciosos personajes gays o bisexuales, más el estafador, la vidente, la madama y el asesino provocan sonrisas leves pero poca sorpresa. Si bien es un Almodóvar menor, se disfruta de estos pasajeros en un avión sin destino donde él quiso simbolizar a la España actual.